El enloquecido espionaje del desacreditado régimen español puede actuar contra el grupo de ateos y creyentes que se reúne este fin de semana (del 13 al 15 de mayo) en el santuario benedictino de El Miracle. Lógico es pensar que los participantes comparten, desde su ateísmo y desde su fe, la revolución democrática de promover y defender los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos. Ateos, agnósticos y creyentes asumen esta revolución democrática. Y esto es tan subversivo que el régimen español justifica el espionaje, la represión, la cárcel, el exilio.
2.-. Los ateos creen en la humanidad, no creen en ningún dios y quieren liberarse de todos los dioses. Pero hay ateos que se despiden de los difuntos queridos pensando en algún tipo de trascendencia cuando afirman que los difuntos seguirán vivos en el recuerdo de los vivientes. O cuando se refieren a ellos con un “donde estés”. O cuando les desean que «que la tierra te sea leve».
3.- La frase precristiana “que la tierra te sea leve” enlaza con las palabras de Jesús a sus discípulos a las puertas de su pasión y muerte: “Si el grano de trigo, cuando cae al suelo, no muere, queda él solo, pero si muere, da mucho fruto” (Juan 12, 24). Los cristianos, desde la condición humana, quieren liberarse de todos los ídolos, y creen en la humanidad y en el Dios de Jesús. El padre y teólogo Josep Llunell lo ha predicado así: “Jesús ve que creer en Dios es creer en la persona. En consecuencia, acercarse a Dios es acercarse a la persona humana sobre todo a quien sufre y se lo pasa mal (…) En Jesús, Dios se ha humanizado”.
4.- Hay creyentes con dosis de agnosticismo, y agnósticos con dosis de fe. Al fin y al cabo, Dios y la fe de una parte de la humanidad en Dios, que se da en todas partes y a lo largo de la historia, es tan misterioso y supera nuestra comprensión como misterioso es la vida, la muerte, la realidad , el origen del universo haya tenido o no un principio.
5.- Por eso, el diálogo humilde y la mutua comprensión entre ateos y creyentes, como este encuentro en el santuario de El Miracle, son tan necesarios para la convivencia y la libertad. El espionaje, en cambio, lo esclaviza y destroza todo… la mutua confianza, el diálogo, la convivencia. Para salvar una idea política, por ejemplo la unidad de España, el poder impone esta unidad como un ídolo o un dios, un falso dios, al que deben sacrificarse la democracia, la convivencia y la libertad.