JUNTS.- Miquel Iceta (PSOE) y Gabriel Rufián (ER) comparten dos características. El verbalismo y las zanahorias en una fantasmal mesa de diálogo.
“Verbalismo: Uso de palabras cuya aparente coherencia esconde una carencia total de ideas” (Diccionari de la lengua catalana). Y uno de los significados de “zanahoria” según el mismo Diccionario es éste: “Corto de entendimiento”.
El ministro español emplea un lenguaje bélico cuando dice que el presidente Pedro Sánchez «se rearma frente al PP: el impuesto más caro es la corrupción». Y el representante de Oriol Junqueras en el Congreso español, Rufián, dice siempre: “Como yo, centenares de miles en Catalunya que como yo no somos nacionalistas, pero es que tampoco somos independentistas. Porque ¿qué es ser independentista? Y también (04/01/2020): “¡Sin mesa de dialogo no hay legislatura!”.
CONTRAPUNTOS.- La fantasmal “mesa de diálogo” PSOE/ER no es “mesa” ni “diálogo”. Es un fantasma. Mesa, federalismo y republicanismo del PSOE, soberanismo de ER son un engaño, zanahorias para ir tirando.
Réplica al ministro español. El impuesto más caro es la corrupción. Y también el impuesto más caro es la financiación de los GAL, la represión, la guerra sucia, las cloacas del estado, el coste de la estancia de Juan Carlos en Abu Dhabi donde vive ricamente como un rey, el negocio manchado de sangre de fabricar y vender armamento a dictaduras.
Réplica al diputado español Rufián. ¿Qué es ser independentista pregunta desde su ignorancia ideológica e histórica del propio partido de Francisco Macià. Ser independentista catalán es propugnar una Catalunya democrática, libre, solidaria, con urnas, soberana e independiente como los pueblos del siglo XXI son soberanos e independientes. Ser independentista catalán implica actuar pacíficamente para que los derechos y libertades nacionales de Cataluña sean respetados. Así lo quieren también, por ejemplo, los pueblos del Sáhara Occidental y Ucrania.
¡Ah!, hay que dejar constancia de otra mentira rufianesca. Miente cuando afirma solemnemente en el Congreso de Diputados: “¡Sin mesa de dialogo no hay legislatura!”. ¡Ondia! Resulta que no hay «mesa de diálogo», pero hay legislatura española.