Tiempo de guerra. «A por ellos». Urnas rotas. Fake news para destruir a los discrepantes. Represión judicial y policial. Desplazados, perseguidos, encarcelados, exiliados. Episodios de la vida cotidiana…
2.- Todo el mundo (sobre todo los que matan y mandan matar, autoridades y súbditos serviles, fabricantes armamentistas y que se hacen ricos con este negocio), todo el mundo es, ya ahora, juzgado por una realidad profundamente inscrita en el corazón de todos y que arraiga siempre y en todas partes en la condición humana. La “Regla de oro” o principio ético universal en las culturas, religiones y tradiciones de la humanidad. Fundamento de valores auténticamente humanos, que construyen una convivencia pacífica, justa y solidaria en las relaciones personales y sociales.
3.- Jesús (referente histórico y trascendente, para cristianos o no) lo sintetiza en dos afirmaciones. La primera es una síntesis de todos los mandamientos: “Lo primero es amar al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con todo el alma, con todo el pensamiento y con todas las fuerzas. El segundo es éste: ama a los demás como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12, 28-34). La otra afirmación: “Haced a los otros todo lo que deseais que ellos os hagan. Éste es el resumen de la Ley y los Profetas” (Mateo 7,12). Este clamor cristiano y de humanidad interpela conciencias, estilos de vivir, política, poderes, sistemas judiciales, la legislación establecida y la guerra que intentan aniquilar los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos.
4.- “Haced a los otros todo lo que deseáis que ellos os hagan” es revolucionario. Hace saltar por el aire el orden establecido que, más bien, es el desorden establecido. Es contrario a la “ley del Talión” con su “ojo por ojo y diente por diente”, abolida por Jesús. La regla de oro es la base más esencial para el concepto moderno de derechos humanos. ““Haced a los otros todo lo que deseáis que ellos os hagan” predomina sobre la legislación establecida. Propicia un cambio liberador de las personas y los pueblos.
5.- Las personas y los pueblos deben respetar y propugnar la democracia, la libertad, la solidaridad, la soberanía de las demás personas y de los demás pueblos porque quieren que las demás personas y los demás pueblos respeten y propugnen la democracia, la libertad , la solidaridad, la soberanía del propio pueblo. También un pueblo descarta la represión judicial, policial, política, económica, mediática ejercida sobre otro pueblo porque desea que el otro pueblo descarte la represión judicial, policial, política, económica y mediática del propio pueblo. Un ejemplo lejano pero muy cercano. Rusia debe respetar la Ucrania soberana, y Ucrania debe respetar la Rusia soberana. Otro ejemplo de nuestro aquí y aquí. España y Catalunya deben respetar mutuamente sus derechos, sus libertades, sus respectivas soberanías.