Pedro Sánchez contra la Constitución y la España independiente

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El presidente español, Pedro Sánchez, está contra la legalidad constitucional y contra la España independiente. Así se deduce de sus respuestas en el Senado a, entre otros, el portavoz de Junts, Josep Lluís Cleries.

2.- Pedro Sánchez no quiere referéndums porque “sólo dividen”. Es decir, está en contra de la Constitución que en su artículo 92 prevé la celebración de referéndums. El primero de los tres apartados de este artículo establece: «Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos». La propia Constitución de 1978 fue ratificada por un referéndum que planteaba esta pregunta: “¿Aprueba el proyecto de Constitución?”.

3.- Sánchez también está en contra del independentismo porque, dice, se «una teoría política del siglo XIX o del siglo XX». Es decir, está en contra de la España independiente porque defenderla es algo de un pasado que debe superarse. Según el presidente español, en estos momentos es necesario integrar «todas las naciones de la Unión Europea para ser suficientemente grandes y relevantes». ¿Por qué una de estas naciones no puede ser Catalunya? Su población es de 7.700.000 de personas. Muchas naciones, que además funcionan mejor que España, tienen una población similar a la de Catalunya. Algunos ejemplos… Bélgica (11 millones), Suecia (10 millones), Portugal (10 millones), Austria (8 millones), Suiza (8 millones), Dinamarca (6 millones), Finlandia (5 millones), Noruega (5 millones) , Nueva Zelanda (5 millones)…

4.- Pedro Sánchez debe saber que hoy, en pleno siglo XXI, el derecho de autodeterminación forma parte de la legalidad española. El BOE 1977/10733 asume el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos aprobado por Naciones Unidas. El primer apartado de su primer artículo establece: “Todos los pueblos tienen el derecho de autodeterminación”.

5.- Las contradicciones del presidente de un desprestigiado régimen español, que tiene una «democracia defectuosa» según el prestigioso «The Economist», son fruto de una obsesión compartida del anexionismo españolista contra la soberanía de Catalunya.

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