PUNTO.- El caso del cupaire Pau Juvillà y la president del Parlament, Laura Borràs, muestra la tensión entre el anexionismo españolista y el soberanismo / independentismo catalán. (Anexionismo. Política que intenta la anexión de una provincia, de una región, etc. Diccionari de la llengua catalana). A este ámbito pertenecen PSOE, PP, VOX, Cs, sectores de Podemos. Los hechos demuestran que el anexionismo mantiene la unidad de acción en favor de la unidad de España como en la época dictatorial de Francisco Franco. Tienen el bagaje de la represión, de los GAL, de las cloacas del estado, de un sistema judicial desacreditado en la Unión Europea… que altera el Parlamento surgido de las urnas.
CONTRAPUNTO.- (Soberanía. Calidad del poder político de un estado o de un organismo que no es sometido a ningún otro poder. Diccionari de la llengua catalana). ER, Junts, CUP, sectores de Comuns pertenecen a este ámbito. Pero la estrategia del soberanismo catalán tiene grietas, aunque sea de forma momentánea, porque cae en la trampa de la división interna y de la represión del anexionismo. La CUP va a lo suyo. ER se desmarca apoyando al Gobierno borbónico y juancarlista de Pedro Sánchez a cambio de nada y de una mesa de diálogo sin ningún tipo de negociación. Significativo es el beso amistoso y cómplice, allá, entre Oriol Junqueras y Soraya Sáenz de Santamaria, pieza clave del represor 155, en presencia del inefable Sergi Sol. Algo que contrasta con la postura de Laura Borràs y Pau Juvillà que propugnan una resistencia colectiva, evidentemente pacífica, como respuesta antirrepresiva del régimen español. Porque la resistencia es colectiva, o no es resistencia.