Tres hechos que constituyen un escándalo internacional. Joan Costa (ex vicepresidente del Parlament de Catalunya), de Junts, es detenido por orden del TSJC de España. Fragilidad del españolista Pedro Sánchez. Sumisión de la ER junqueriana al establishment del régimen y al trilero Pedro Sánchez. El juego del trilero consiste en engañar a la gente con el movimiento de unas bolitas.
2.- La fragilidad de Pedro Sánchez es Pedro Sánchez con sus impúdicos y oportunistas abrazos a quien sea. Se abraza al PsoE de Felipe González que ha impulsado el terrorismo de los GAL, y todavía mantiene a la policía patriótica y las cloacas del estado. Se abraza al PP franquista apoyando el represivo 155 contra las instituciones nacionales de Catalunya y contra el terrible crimen de poner urnas. Se abraza, empleando su sucursal catalana, al ultra Manuel Valls para entregar la alcaldía de Barcelona a la decadente y provinciana Ada Colau en lugar de pactar con Ernest Maragall. Se abraza al ultra VOX cuando desde la tribuna del Congreso elogia su sentido de estado. Se abraza a la monarquía impuesta por el dictador Francisco Franco y al juancarlismo, echando los supuestos republicanismo y federalismo del PsoE en la papelera de la historia. Se abraza al aparato judicial español, desprestigiado en Europa, incluso se interfiere en la soberanía de los Parlamentos, los de Catalunya y España, aceptando que un presidente y unos diputados sean condenados sin juicio ni sentencia. Se abraza a su antidemocrático “nunca jamás”. No a poner fin a la represión. No a la amnistía que no está prohibida en la Constitución. No a aceptar la voluntad de los catalanes expresada en las urnas. No al derecho a la autodeterminación que es factible según el artículo 10.2 de la Constitución y que se recoge en el BOE (1977/10733): «Todos los pueblos tienen el derecho de autodeterminación».
3.- La patética sonrisa de Pedro Sánchez y su “nunca jamás” muestran su fragilidad y la de su proyecto. Se demuestra que la postura válida del soberanismo / independentismo catalán es la del compromiso y la coherencia de Josep Costa y del president exiliado Carles Puigdemont. No es la vía servil del junquerismo que no lleva a ninguna parte.