La política lingüística del borbónico, juancarlista y centralista presidente Pedro Sánchez consiste en potenciar la lengua española y en menospreciar la lengua catalana. Este desprecio del líder del PSOE hace más necesario que Catalunya disponga de un estado propio para garantizar el presente y el futuro del catalán.
2.- El proyecto de Pedro Sánchez para promocionar el español, ¡pobrecito español!, se llama «El español, valle de la lengua». Explica: «Es el momento de invertir con todo el potencial que tiene nuestro idioma común. Es un nuevo proyecto estratégico centrada en la lengua española». Le traiciona el subconsciente. La denominación «Valle de la lengua» recuerda el megalómano Valle de los Caídos donde el dictador Francisco Franco, defensor a ultranza de la unidad política y lingüística española, estuvo enterrado.
3.- Este «Valle de la lengua», según Pedro Sánchez, debe servir para defender y promover «el español que es la lengua común de los españoles». El catalán, según Pedro Sánchez y su «valle de la lengua», queda marginada y reducida a una lengua provinciana y folklórica, en el sentido despectivo del término, que sólo debe ser hablada en la clandestinidad o en la intimidad con el ultra nacionalista franquista José María Aznar.
4.- Pedro Sánchez, Miquel Iceta (ministro de Cultura, ¡de Cultura!), Salvador Illa y patriotas similares defienden que el español es la lengua común de los españoles. Hay que replicarles que, por coherencia y por lógica, que el catalán es la lengua común de los catalanes.
5.- «La lengua propia de Catalunya es el catalán. Como tal, el catalán es la lengua de uso normal y preferente de las administraciones públicas y de los medios de comunicación públicos de Catalunya, y es también la lengua normalmente utilizada como vehicular y de aprendizaje en la enseñanza» (Artículo 6 del Estatut de Catalunya).