Episodios borbónicos lamentables. Del Tribunal de Cuentas al Tribunal Supremo

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1.- El borbónico y juancarlista PSOE de Pedro Sánchez, Miquel Iceta, Salvador Illa, Eva Granados y gente de este tipo avala el franquista Tribunal de Cuentas contra el soberanismo catalán democrático y pacífico. Y dicen que quieren una mesa de diálogo entre los Gobiernos de España y de Catalunya. Qué cara. Los franquistas de VOX, PP, CS también avalan el Tribunal de Cuentas. Lógico. Un Tribunal que no investiga las actuaciones de Ana Botella, esposa de José María Aznar, ni el dinero que el estado dedica a la protección y la manutención fabulosa de Juan Carlos I, fugado por oscuros asuntos financieros y de faldas. ¿Por qué?

2.- El Tribunal Supremo, de adn franquista, se queda corto cuando impone el retrato de Felipe VI en la sala de plenos de los Ayuntamientos. Como si el respeto y la estimación de los ciudadanos se pudiera imponer con sanciones. El TS se queda corto porque también podría imponer el retrato de Juan Carlos I en la sala de plenos municipales. Para ahorrar la colocación de dos retratos se podría optar por mantener un solo retrato en que Felipe VI y Juan Carlos aparecieran juntos. Al fin y al cabo, entre ambos personajes, hijo y padre, hay una muy estrecha vinculación familiar, torera, institucional, borbónica y muy española.

3.- Pedro Farsánchez, como es bautizado acertadamente por Jordi Galves, proclamó ante el comité federal del PSOE, el partido del criminal GAL y del represor 155, que «la independencia es cosa del pasado». La independencia de Catalunya … y la de España no tiene presente ni futuro, según el patriota y progre Farsánchez. ¡Anda!. También niega que exista el derecho de autodeterminación. Farsánchez miente. En el Boletín Oficial del Estado (BOE, 1977/10733) consta que España se hace suyo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, firmado (09/28/1976) en Nueva York. El texto original del Pacto dice: «All peoples have the right of self-determination». Habla de autodeterminación. Pero el BOE lo manipula y lo traduce como «libre determinación». Pedro Farsánchez manipula aún mas porque miente cuando dice que la autodeterminación no existe. Él, el rey, los tribunales españoles, las Fuerzas Armadas, todo el mundo han de aplicar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y también la Declaración Universal de los Derechos Humanos que, constitucionalmente, prevalecen sobre la Constitución española.

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