1.- La frase «Algo huele a podrido en Dinamarca» de la inmortal obra «Hamlet» de William Shakespeare sobre la situación política es aplicable aquí y ahora al régimen español, concretamente al Tribunal de Cuentas. Algo huele muy podrido en elTribunal de Cuentas.
2.- El Tribunal de Cuentas es otra institución del régimen borbónico y juancarlista caracterizado por su adn franquista y su nepotismo escandaloso. Nepotismo: favoritismo para con los parientes. Abuso de poder cometido a favor de parientes y amigos (Diccionari de la Llengua Catalana) … diccionario menospreciado por sectores españolistas desde PSOE a VOX. Ambas características, sus actuaciones y sus decisiones provocan que este Tribunal de Cuentas esté radicalmente desprestigiado internacionalmente desde las perspectivas jurídica y democrática.
3.- Dos cuestiones pueden plantearse al Tribunal de Cuentas teniendo en cuenta su lógica sectaria. ¿Perseguirá también obsesivamente a los representantes del Govern catalán en la comisión de diálogo, ¿diálogo ?, (¿?) con el Gobierno español que promuevan en todas partes (en la propia Catalunya y el mundo) la amnistía, la autodeterminación, el referéndum y la independencia? ¿Por qué este «tribunal» no investiga los enormes gastos públicos del estado español a favor de la protección y manutención lujosa del padre de Felipe VI, Juan Carlos I, impuesto por el dictador Franco como rey y hoy huido por oscuros asuntos financieros y de faldas?
4.- Estos son algunos motivos del president Carles Puigdemont, aprovechando la libertad que le da su exilio y con el apoyo de su abogado Gonzalo Boye, para llevar el Tribunal de Cuentas ante la justicia belga. La experiencia de estos años de represión demuestra que la justicia viene y vendrá de la Europa democrática, no de la España turca.