1.- El artículo «Mirando el futuro» de Oriol Junqueras es polémico. Desde PSOE y VOX hasta el homenajeado Javier de Godó (conde de Godó y también grande de España por concesión de Juan Carlos I, huido por oscuros asuntos financieros y de faldas) lo elogian porque lo aceptan como un regreso a un pasado supuestamente idílico. Desde el independentismo catalán democrático y pacífico, incluida una amplia corriente interna de ERC, lo critican precisamente por este retorno al superado y frustrado autonomismo.
2.- Junqueras, en contradicción con su supuesto realismo pragmático tan elogiado por represores y carceleros, predica ahora un independentismo mágico. La magia engaña a los espectadores, a la ciudadanía. La fórmula mágica junqueriana consiste en apostar por «la vía del referéndum acordado» y en descalificar todas las demás vías democráticas y pacíficas. Junqueras, como un caudillo, rechaza unilateralmente los documentos aprobados democráticamente por su propio partido, ERC. Junqueras deja en manos del régimen español la concesión de la independencia de Catalunya. Un régimen borbónico, juancarlista, ultra centralista, impregnado de adn franquista. ¿Que hacer si el régimen español insiste en la represión y se mantiene contra la amnistía que es constitucionalmente posible, contra el derecho de autodeterminación que es un derecho de todos los pueblos, contra un acuerdo sobre el referéndum? El mago Junqueras mantiene aquí un silencio cobarde y se muestra sumiso a una Moncloa que ya no es republicana ni federal.
3.- El artículo de Junqueras es sectario. En su largo escrito, de 6.171 espacios, se refiere al Govern catalán como si fuera exclusivamente de ERC. No cita ni una vez en el otro partido del Govern, Junts, ni al partido que le da apoyo parlamentario, la CUP. Cita, sin embargo, cuatro veces a su partido: dos como «Generalitat republicana», una como «Esquerra Republicana de Catalunya» y otra como «ERC».
4.- Junqueras tampoco hace el más mínimo reconocimiento a la magnífica labor que los exiliados políticos catalanes, con el presidente Carles Puigdemont al frente, realizan en la Unión Europea. Los exiliados y su equipo de abogados obtienen determinantes victorias jurídicas contra los aparatos (judicial, policial, político) del régimen español. Victorias democráticas que benefician el independentismo, también a los presos y perseguidos políticos, y que obligan al Gobierno de Pedro Sánchez a plantearse los indultos. Puigdemont, a diferencia de Junqueras, aprovecha toda ocasión para defender en todas partes, también en el euro parlamento, la liberación de Junqueras y de todos los presos políticos.
5.- Junqueras es expresamente impreciso en su decepcionante artículo. Un ejemplo. Afirma que es necesario que el independentismo obtenga «una mayoría incontestable». Pero no precisa que quiere decir «mayoría incontestable». ¿El 50% de los votos? ¿El 52%? ¿El 60, el 70, el 99% ?. Y el anexionismo españolista, de raíz franquista, ¿qué porcentaje precisa para imponerse ?. ¿El 49% de los votos ?. Por arte de magia, Oriol Junqueras no dice nada de nada.