1. ¿El president Pere Aragonés es fruto del pacto entre Oriol Junqueras y Carles Puigdemont que con sus mandos a distancia gobernarán Catalunya a partir de ahora? Mejor que sea así y que Catalunya no sea gobernada con el mando a distancia desde la Moncloa. Es público y notorio que el palacio monclovita es borbónico, juancarlista, ultracentralista en los ámbitos político y económico. El PSOE del terrible GAL y del represor 155 ha lanzado el republicanismo y el federalismo a la papelera de la historia.
2. El régimen español, de adn franquista y a pesar de la sistemática represión judicial y policial contra el soberanismo catalán democrático y pacífico, no logra impedir que Puigdemont, eurodiputado y president exiliado en Waterloo, ni Junqueras, vicepresident presos en Lledoners, tengan presencia en la política catalana. También el exiliado presidente Josep Tarradellas, maldito por el franquismo, fue un personaje clave.
3. Waterloo y Lledoners deben dejar claro a la Moncloa y la Zarzuela que el conflicto entre España y Catalunya pasa por plantear la autodeterminación y la amnistía. Sobre el primer punto hay que dejar constancia de que Puigdemont y Felipe VI están a favor, ¡quién lo diría!, de la autodeterminación … del pueblo del Sahara Occidental. Sobre el segundo punto, hay que dejar claro que la Constitución, tan prostituida en boca de los auto denominados constitucionalistas, no cita la palabra amnistía en ninguno de sus artículos. Por lo tanto, la amnistía es constitucionalmente posible. Así lo defienden destacados juristas como los catedráticos Juan José Queralt y Javier Pérez Royo. El texto y el espíritu constitucionales permiten la amnistía si hay voluntad política, democrática, pacificadora, respetuosa con la Declaración Universal de los Derechos Humanos y liberadora del franquismo incrustado en el régimen español y sus instituciones.