Homilía que el presidente del episcopado español, Juan José Omella, no hace ni hará sobre el Reino de España ni como reflexiones de Semana Santa a partir de las lecturas litúrgicas y de los acontecimientos de este año.
1. El Reino y el rey de España no son el Dios de Jesús de Nazaret. La monarquía española fue impuesta por el dictador Franco y el padre del rey, Juan Carlos, es un fugado por oscuros asuntos financieros y de faldas. Nada que ver con Jesús. El rey español es constitucionalmente inviolable y no está sujeto a responsabilidad. Nada que ver con el mensaje evangélico propuesto por Jesús. El régimen español tiene presos y exiliados políticos, mantiene las cloacas del estado, acoge sectores fascistas vinculados al franquismo. Nada que ver con el mensaje profundamente humano, liberador y solidario del Evangelio de Jesús.
2. El Reino de España está en las antípodas del Dios de Jesús. El mandato supremo de la Constitución de España se basa en la nación española, indisoluble e indivisible (artículo 2) y en el rey que es tenido como inviolable y no está sujeto a responsabilidad (artículo 56). Pero el rey, ni nadie de la Corona ni de su entorno escapan del juicio del Dios de Jesús (Episodio del juicio final, Mateo 25, 31-46). El mandamiento más grande para Jesús no es España, ni la monarquía, ni … Jesús afirma: «¿Cuál es el mandamiento más grande? Ama al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda tu mente. Este mandamiento es el mas grande y el primero. El segundo le es semejante: ama al prójimo como a ti mismo. Todos los mandatos de las ley y los profetas dependen de estos dos» (Mateo 22, 36-40).
3. El régimen español, sin embargo, se defiende de manera criticable con el «a por ellos», el poder policial y … Pero Jesús, perseguido por los poderes de la cúpula religiosa de su pueblo y del imperio colonialista romano, dice a sus unas palabras aplicables a todos: «Vuelve la espada en la vaina, que quien usa la espada, a espada perecerá» (Mateo 26, 52)
4. El Reino de España se basa en la Constitución con adn franquista, e interpretada de forma restrictiva por desacreditado sistema judicial español. En cambio, el Reino de Dios propuesto por Jesús se basa en las Bienaventuranzas ... «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque serán consultados. Dichosos los que sufren, porque heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos … «(Mateo, 5, 3-10)
5. El Reino de España hace prevalecer su Constitución por encima de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Declaración que está a favor de los derechos y de las libertades de todas las personas y de todos los pueblos. Pedro y los apóstoles ya lo dejaron claro a las autoridades que perseguían a los seguidores de Jesús. Pedro dijo: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5, 29). «Los derechos humanos son conformes a la voluntad de Dios», escribe el biblista y teólogo Gerd Theissen en su libro «La fe cristiana. Una sviesa oberta al mon d’avui».