Una reunión conjunta de los principales dirigentes soberanistas, Pere Aragonés (ER) y Laura Borràs (Juntos) por ejemplo, con los exiliados y presos políticos como Carles Puigdemont y Oriol Junqueras sería políticamente significativo y estimulante. ¿Por qué descartarlo?
1. El exilio y la cárcel, con todo su sufrimiento y toda la injusticia del mundo, son testimonio en todas partes de las legítimas y democráticas aspiraciones de Catalunya como pueblo nacional, de la represión sistemática por parte del régimen español, de la proyección europea e internacional del caso catalán. Así es aún más ahora cuando las urnas, no los sondeos, confirman que el soberanismo obtiene la mayoría absoluta con el 52% de los votos y el Parlament tiene hoy más diputados explícitamente independentista que nunca, 74 escaños como mínimo.
2. Una visita conjunta de Pere Aragonés y Laura Borràs a los presos y exiliados políticos, incluidos los eurodiputados, sintonizaría con los resultados electorales del 14F. Facilitaría las conversaciones para formar un Govern independentista dada la mayoría soberanista parlamentaria. Sería un potente gesto cívico, político, humanitario, nacional, europeísta. Para construir y consolidar una república catalana basada en la democracia, la libertad, la solidaridad, la plena soberanía y la Declaración Universal de los Derechos Humanos que prevalecen sobre cualquier legalidad institucional … no sobra nadie, ni Aragonés, ni Borràs, ni Junqueras, ni Puigdemont … nadie.
3. ¡Qué lejos queda el planteamiento soberanista del regionalismo español del candidato de la borbónica Moncloa, Salvador Illa! El ex ministro de Sanidad y nuevo diputado en el Parlament, que se quedará en la oposición, se niega a visitar a los presos políticos y menos a los eurodiputados exiliados. Illa, ¡ay !, se llena la boca de diálogo y entendimiento pero no tiene en cuenta que los compañeros de los presos, los exiliados como Puigdemont, son considerados personas demócratas y pacíficas en la Unión Europea donde viven en libertad. Estos exiliados si estuvieran en el estado en el estado español serían tratados como peligrosos criminales violentos. Este es el talante del PSOE de Illa, de PP y CS en liquidación y del ultra VOX que es elogiado por Pedro Sánchez por su «sentido de estado».