1. Estimado Papa Francisco, no os fiéis de Pedro Sánchez con quien os reunís el 24 de octubre, festividad de un catalán universal como san Antoni María Claret (1807-70). El padre Claret, en su breve pero intensa vida, mantuvo una actitud activa a favor de las libertades y contra todo tipo de esclavitud. Defendió la lengua del pueblo. Se le atribuye, en referencia a los predicadores en lengua castellana, esta afirmación: «Vosotros predicáis en castellano, pero nuestro pueblo se condena en catalán». Y, ¡como no!, murió en el exilio, acogido en el monasterio cisterciense de Fontfreda, cerca de Narbona.
2. También en este año pandémico, querido Francisco, hay exiliados, presos y perseguidos políticos catalanes por el régimen postfranquista que, en definitiva, es el franquismo de 2020. De ello no hablará el presidente Sánchez. Y si habla lo hará de una manera falsa como nos tiene acostumbrados porque es un personaje que hoy dice una cosa y mañana la contraria. El presidente español bendice la represión y los carceleros, pero le dirá que está a favor de la ley. Es el discurso típico y tópico de los regímenes dictatoriales y autoritarios. Pero oculta que la Declaración Universal de los Derechos Humanos predomina sobre toda ley y sobre cualquier Constitución. Y vos sabéis, querido Francisco, que la Iglesia avala la resistencia contra toda legislación que viola los derechos de las personas y de los pueblos.
3. Más ejemplos, o mal ejemplos. Pedro Sánchez se presentaba hace tiempo como federal, aunque su partido nunca ha federado nada, y ahora es fuertemente centralista y practica un autonomismo castrado. También decía que era republicano y ahora es un ultra defensor de la desprestigiada monarquía española y que justifica a Juan Carlos, impuesto por el dictador Francisco Franco como rey y que ahora mismo es un fugado debido a oscuros asuntos económicos y de faldas.
4. Estimado Francisco, no se fiéis, pues, de Pedro Sánchez. Sólo quiere reunirse y hacerse la foto con usted para blanquear su actuación política. Si, por motivaciones diplomáticas, le teneís que escuchar … escuchad también, por motivaciones evangélicas, los exiliados, presos y perseguidos políticos catalanes. Escuchadlos sin intermediarios tanto si son creyentes como si no lo son. Todos ellos son políticos demócratas, pacíficos, inocentes. Son personas dignas. Algunos se confiesan católicos aunque se sienten abandonados por la jerarquía eclesiástica que opta por decantarse por el poder político español. Otros no son creyentes pero tienen un sentido cristiano. Y todos, todos, promueven y defienden la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la misma manera que vos os hacéis vuestra esta Declaración en nombre propio y de la Iglesia católica.
Cordialmente en la plegaria y el compromiso…