Los «constitucionalistas», como el tramposo Miquel Iceta y otros unionistas o dependentistas, enredan con sus engaños para defender la monarquía española y atacar el republicanismo catalán.
1. Miquel Iceta es un mal comediante que se proclama republicano pero a continuación añade que la Monarquía española es el sistema que mejor defiende los valores republicanos. Los falsos republicanos (Pedro Sánchez, Josep Borrell, Miquel Iceta, José Zaragoza, Salvador Illa, Eva Granados, Ada Colau, Lluís Franco Rabell, Joan Coscubiela, Jèssica Albiach …) defienden la Monarquía de Felipe VI y de su padre, el campechano fugado de noche debido a oscuros asuntos económicos y de amantes. Los falsos republicanos intentan salvar una Monarquía en crisis y no quieren la República ni española ni mucho menos catalana.
2. Otra trampa de Iceta, con el apoyo de diarios españoles como La Vanguardia y El Periódico, consiste en descalificar el referéndum como herramienta democrática para conocer la voluntad del pueblo. Hace trampa cuando afirma, por ejemplo, que no es necesario un referéndum sobre la soberanía porque la mayoría de la gente no quiere ni referéndum ni una Catalunya soberana. Pero, en contra de lo que dicen Iceta y el españolismo, un referéndum es necesario para que el pueblo se exprese libremente sobre una cuestión específica y capital como es la soberanía y para conocer cuál es la mayoría existente en Catalunya. El referéndum no puede ser sustituido nunca por ningún sondeo ni por las supuestas artes adivinatorias de un Iceta cualquiera convertido en aquel Pitoniso Pito que hacía pronósticos de los resultados de los partidos de fútbol.
3. Existen otros engaños del ámbito político y mediático unionista. El periodista Rafael Jorba, por ejemplo, equipara las situaciones de Juan Carlos y de Jordi Pujol. Viene a decir: «El rey emérito es a la Monarquía parlamentaria lo que Pujol es a la presidencia de la Generalitat. Están en tela de juicio sus conductas, no las instituciones que representan «. Réplica … Las situaciones de Juan Carlos y Pujol son incomparables, no tienen nada que ver. El campechano, padre de Felipe VI, fue impuesto como rey por el dictador Francisco Franco. El rey Juan Carlos juró fidelidad al «caudillo» y los Principios del Movimiento Nacional (fascistas). ¡Ay, este juramento público y solemne! Fruto de esta imposición franquista y de este juramento se implanta la familia borbónica en la Zarzuela que de padres a hijos se suceden hereditariamente sin pasar por las urnas y protegidos por su carácter inviolable y no responsable.
4. Los asuntos del campechano y de Pujol no tienen nada que ver, digan lo que digan los españolistas. Juan Carlos es rey impuesto por Franco y sin urnas. Pujol, encarcelado por el franquismo, es elegido en las urnas y, a diferencia del rey emérito, puede ser juzgado. Jordi Pujol (presidente número 126) es elegido por el pueblo. Después ha habido varios presidentes por razones del voto, no de la sangre. Pasqual Maragall (127), José Montilla (128), Artur Mas (129), Carles Puigdemont (130), Quim Torra 131). Los presidentes de la Generalitat de Cataluyaa son fruto de los resultados electorales y también, tristemente, de la represión del estado español, estado que se hace cargo de los gastos y la protección del campechano fugitivo.