El mensaje del president Carles Puigdemont y del ámbito que lidera era esperado … y es esperanzador y temido.
1. Mensaje esperado y esperanzador por los líderes políticos y cívicos, votantes y ciudadanía que quieren ejercer juntos el derecho de todos los pueblos a la democracia, la libertad, la solidaridad, el bienestar, el respeto a los derechos humanos, la soberanía nacional. Mensaje liberado y liberador. Que quiere dialogar con el Gobierno español de igual a igual.
2. Mensaje temido por los dependientes de allí y de aquí que quieren imponer una Catalunya regional con una autonomía desdibujada, o un federalismo falso e inexistente. Y sumisa a una España soberana.
3. Un ejemplo. El presidente Pedro Sánchez pide a ERC y JxCat aprobar los presupuestos y dejar de lado otras cuestiones como la catalana. ER, por su pragmatismo tan elogiado por el españolismo, quizás admitirá este planteamiento. El pragmatismo de JxCat es otro … La democracia, la libertad, la solidaridad, la soberanía, los derechos de todas las personas y de todos los pueblos nunca se pueden aparcar. Lo que se debe aparcar definitivamente es el centralismo, el autoritarismo, la represión. Se debe poner fin a la existencia de exiliados y presos políticos.
4. Los dependientes o unionistas cuentan con el apoyo institucional, del PSOE de los GAL y del 155, del Podemos sentado en la Moncloa, del trifachito que va desde el PP a los ultras de VOX pasando por el inconsistente Cs, de lees cloacas del estado, de la represión, de la caverna mediática de allí y de aquí. Del los quintacolumnistas.
5. Los partidos, los sectores y los media (La Vanguardia, El Periódico …) ligados a la dependencia viven en las actuales circunstancias una particular transición. Hasta ahora ignoraban a Puigdemont. Le consideraban liquidado políticamente. Menospreciaban su exilio y su presencia en el Europarlamento como el eurodiputado más votado en Catalunya. A partir de ahora los dependientes continuarán descalificándolo. Al fin y al cabo, Carles Puigdemont, demócrata y pacifista catalán, es el enemigo número uno del carcomido establishment español.