Una vulgar mascarilla es la gran contribución del poderoso progreso de la humanidad para luchar contra un letal virus invisible partes de la Tierra. Un planeta azul quizás no tan idílico cuando reinan el sufrimiento, la soledad, la muerte. Ramon M. Nogués (catedrático de Antropología Biológica y escolapio), en un encuentro telemático del grupo Cruïll del Ateneu Barcelonès, analiza los factores que configuran la pandemia y propone cinco puntos para avanzar a un nuevo modelo de vida en el planeta.
1. JUSTICIA PARA TODOS. Hay que actualizar la exigencia de justicia para todos, combinando ecología y ética.
2. CONCIENCIA ÉTICA a largo plazo. La humanidad nunca había pensado en el peligro de destrozar la Tierra. Ahora sí. Las éticas sólo circunscritas a espacio y tiempo inmediato son insuficientes.
3. RESPETAR LA NATURALEZA. La humanidad se caracteriza por una cultura que altera el medio y plantea hoy agudamente el dilema naturaleza / artificio. ¿Quién y cómo es capaz de establecer límites razonables a ciertos aspectos del progreso? Ahora es la pandemia la que nos obliga a plantearlo.
4. UNA VIDA MODERADA. La nueva normalidad o reanudación pide saber trabajar en el contexto de una ecología integral que contemple los aspectos técnicos (ciencias biológicas), las reflexiones éticas (justicia y derecho) y las actitudes espirituales (disposiciones profundas del espíritu humano hacia una contemplación de la naturaleza que anime a respetarla porque formamos parte). La «Laudati Si» del Francisco está impregnada de este espíritu aunque no sea un texto técnico ni contemple todos los aspectos.
5. AUSTERIDAD. Lo que debe quedar muy claro es que esta nueva normalidad no tiene ninguna posibilidad de convertirse en real si no asumimos todos, especialmente los países ricos, una actitud de austeridad responsable y la capacidad de prescindir de parte de lo que no es necesario y es perjudicial e injusto. Sin esta actitud los propósitos sólo son veleidades.