La «nueva normalidad» sanitaria, social, económica … y política que dibuja el presidente Pedro Sánchez es un retorno acelerado y sin complejos a la predemocracia.
1. Sánchez reconoce que, en esta crisis provocada por el coronavirus, el presente y el futuro es imprevisible … pero se coge bien fuerte con la mano derecha a unos puntos que, como los «principios del movimiento nacional» franquista son «por su propia naturaleza permanentes y inalterables «. Uno de estos puntos es que el Gobierno PSOE / Podemos que Sánchez preside es la «única autoridad competente». Estas palabras recuerdan aquello de «una autoridad competente, militar por supuesto» que se proclamó en el golpe de estat del 23F. Una expresión en sintonía con el caudillismo de la dictadura … «Francisco Franco Caudillo de España por la gracia de Dios». Predemocracia pura y dura en el siglo XXI.
2. Otro punto de la apuesta predemocrática del Gobierno Sánchez es la recuperación de las atrotinadas «provincias» de un tiempo que no es el nuestro como cantaría Raimon. El objetivo es claro. Despreciar y liquidar el constitucional estado de las llamadas autonomías. Algunas autonomías son consideradas nación por buena parte de su población o, como mínimo, «nacionalidad» en terminología constitucional. Pero esto se intolerable para Pedro Sánchez. Nada, por tanto, de respetar las competencias de las autonomías, ni de colaboración entre el Gobierno central y los Gobiernos de las comunidades. Sólo dependencia y subordinación de estos Gobiernos, como el de Catalunya, respecto al centralizador y autoritario Gobierno de España. Predemocracia pura y dura en el siglo XXI.
3. El discurso y la actuación del Gobierno «progre» (?) PSOE / Podemos de Sánchez, además, no tiene absolutamente nada de federal. Nada. Aquí no existe el más mínimo federalismo ni competencial, ni financiero, ni de poder político. El federalismo español es un bluf, un engaño … digan lo que digan catalanes del PSOE como Miquel Iceta, Salvador Illa, José Zaragoza, Eva Granados, Àlex Pastor, el hasta ahora alcalde de Badalona, y similares… Predemocracia pura y dura en el siglo XXI.