La Vanguardia sigue intentando recuperar los suscriptores perdidos en los últimos años, que parece que son muchos. Reciben casi diariamente ofertas vía internet y periódicamente llamadas telefónicas de los servicios correspondientes del diario de los Godó. Incluso, en plena crisis del coronavirus. Un internauta, Jordi xxxx, explica su conversación a www.avantguarda.cat
-Buenos días. Le llamo de La Vanguardia. ¿Puedo hablar con el señor Jordi?
-Soy yo. Dígame.
-¿Usted había sido suscriptor de La Vanguardia?
-Sí. Me han llamado varias veces haciéndome la misma pregunta. Ya les he dicho que me di de baja hace tiempo como mi padre se dio de baja hace muchos años de La Vanguardia española con motivo del asunto del director Galinsoga que envió a los catalanes a la mierda … Y perdone esta expresión grosera pero es la que usó aquel individuo …
–Bueno, bueno … me pongo en contacto con usted para decirle que ahora vale la pena que vuelva a hacerse suscriptor. Hay una serie de ventajas. El diario tiene nuevas ofertas informativas, más secciones, una presentación más ágil y dinámica … Seguro que será de su interés … La Vanguardia …
-No, gracias. No me interesa …
-Pero …
-Voy darme de baja porque el diario perdía objetividad y credibilidad. No merecía mi confianza. Desaparecieron algunas firmas que eran mis referentes. No me gustaba la orientación de buena parte de su contenido … el servilismo monárquico, el españolismo militante, el menosprecio al soberanismo catalán … por parte del director, del equipo directivo, de muchos colaboradores. …
-Escuche, señor Jordi …
-Me acordaba lo que mis padres cabreados me habían contado de Galinsoga.
-El señor Màrius Carol ya no es el director.
-¿Ah no? No lo sabía.
-Lo cambiaron hace pocas semanas. Perdone que insista. El diario tiene un nuevo aire, nuevos retos.
-Pues vecinos y amigos que, antes del confinamiento, ojeaban diarios en el bar me dicen que La Vanguardia mantiene el mismo talante.
-Pero …
-Perdone señora. Usted no tiene ninguna culpa. Cumple su tarea de hacer llamadas a los que un día fuimos suscriptores. Es paciente y amable … pero diga a sus jefes que no volveré a comprar ni a suscribirme en La Vanguardia. El diario que haga lo que quiera aunque debería dar cuenta de lo que hace porque está fuertemente subvencionado con dinero público. Yo también haré lo que quiera. Faltaría más. Yo ahora leo El Punt / Avui, el Ara, y sigo varios diarios digitales.
-Bien, bien. Pues, perdone … y gracias por su atención. Que tenga un buen día.
-Igualmente, buenos días. Y que todos superemos bien el confinamiento.