No hacia falta ver el discurso televisado de Felipe VI, hijo de Juan Carlos I.
La lectura de las diversas crónicas
confirman el acierto de no haber perdido el tiempo
escuchando un parlamento vacío de contenido.
Ha sido mejor ser uno de los miles de ciudadanos de Catalunya
que a la misma hora han participado en una cacerolada.
La cacerolada del NO a la monarquía borbónica española.
NO a Juan Carlos.
NO a su hijo Felipe VI.
NO a sus nietas Leonor y Sofía.
NO a la Corinavirus ¿inviolable e irresponsable ?.
La cacerolada del SI a la República catalana,
dispuesta a un entendimiento con una República española si los españoles lo quieren.
Libremente. Democráticamente. Pacíficamente. Soberaneamente. Con urnas.
La cacerolada no será la última.
Las cacerolas …. una, dos, cuatro, cientos, miles de cacerolas
Tienen un sonido estimulante y vibrante.
Suenan a protesta.
Son música de libertad.
Llenan el espíritu de esperanza.
Ahora toca combatir el coronavirus,
siguiendo la dirección del Govern de Catalunya
con su comportamiento solidario,
y los criterios de los expertos en la materia
que son los científicos y el personal sanitario,
no los militares
Volvamos al trabajo.
Hasta la victoria pacífica y democrática final.