La llamada y la realización de la unidad del soberanismo catalán democrático y pacífico son más necesarias que nunca ante la insaciable represión españolista.
1. EL RÉGIMEN ESPAÑOL NO ES EUROPA. La presencia del president Carles Puigdemont y los consellers exiliados en Perpiñán es una nueva demostración de que los soberanistas catalanes son acusados de criminales violentos por el régimen español, pero son libres y tratados como dirigentes políticos y cívicos pacíficos en la Europa democrática. El régimen español se aísla y pone fronteras ante la Unión Europea.
2. EL RÉGIMEN MONÀRQUICO EN CRISIS. Lo que está en crisis es el sistema institucional, judicial, político, gubernamental, policial, mediático, represor del régimen monárquico español. El régimen borbònico tiene el apoyo de un personaje tan desacreditado y esperpéntico como Manuel Valls que, además, parece que es republicano francés. La represión tiene varias caras … como las del 155, los GAL, las cloacas del estado, la complicidad quintacolumnista.
3. LLAMADA A LA UNIDAD SOBERANISTA. La represión fiscal, judicial y policial no se detiene, tampoco ahora con un gobierno en el Estado configurado por el PSOE y Podemos. Este Gobierno bipartidista presidido por Pedro Sánchez también es responsable. Las fuerzas soberanistas / independentistas catalanas democráticas y pacíficas tienen el deber y la necesidad de mantener una estrategia y una colaboración unitaria para hacer frente a la represión obsesiva e irracional española o españolista. Una represión que quiere imponer una unidad estatal al precio que sea y que está dispuesta a sacrificar la democracia, los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos.
4. UNIONISMO IMPUESTO O SOBERANISMO PROPUESTO EN LAS URNAS. Entre el unionismo impuesto o la soberanía propuesta sólo hay una vía democrática posible, las urnas. Vale la pena reflexionar sobre lo que Artur Mas escribe en el último párrafo de su imprescindible libro «Cabeza fría, corazón caliente. El proceso en primera person «. Explica: «Me atrevo, para poner el punto final, a hacer mención de una frase que José Antich, en su estancia en Paris cuando todavía trabajaba en La Vanguardia, transcribió en una crónica cuando recordó lo que estaba escrito en una placa dedicada al escritor, diplomático y héroe de la Francia libre Romain Gary. La placa decía: ‘Siempre debemos saber los límites de lo posible. No para detenernos, sino para intentar lo imposible en las mejores condicione «.