Hay sólidos argumentos cristianos y católicos para desmontar lo que el mitinesco Luis Argüello, obispo de Valladolid y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, declara al diario ultra español «El Mundo».
1. «UNIDAD» IMPUESTA. Argüello afirma que «la unidad de España es un bien que se ha mantenida a largo de los siglos». Debería añadir y reconocer algo tan poco cristiano, como la inquisición eclesiástica y castellana, que esta «unidad» se ha impuesto muchas veces por la fuerza de las armas, no por la fuerza de la razón y del pacto. También debería decir que la personalidad nacional de Catalunya se ha mantenido a lo largo de los siglos, y que la nación catalana es tan respetable como la nación española.
2. «UNIDAD» FRANQUISTA. Ay, obispo Argüello, ay … Ignora que la «unidad» de los Reyes Católicos es un mito y no es católica. Se olvida de decir que la «unidad» fruto de las dictaduras militares, del franquismo y de la impuesta por cualquier régimen español no es democráticamente legítima. La «unidad» que se mantiene con represión judicial, política y policial es inmoral. La «unidad» que implica el exilio, la cárcel y la persecución de demócratas y pacíficos catalanes es un escándalo y rompe la convivencia
3. RESPETAR TODOS LOS PUEBLOS.
Hay un bien superior a la «unidad» española que es pecado de idolatría calificarla de sagrada. El bien superior en política, según la Doctrina Social de la Iglesia Católica, es el respeto y la promoción de los derechos y las libertades de todas las personas y de todos los pueblos.