Catalunya crucificada

615

Catalunya es crucificada por la represión institucional, judicial, política, policial, mediática española.

1. CRÓNICA DE RESISTENCIA Y LIBERACIÓN. La Catalunya crucificada incluye el soberanismo democrático y pacífico, opción legítima según la Doctrina Social de la Iglesia Católica. La Catalunya crucificada afecta a la ciudadanía en general cualquiera que sea su ideología. Esta es una crónica de la resistencia pacífica contra toda opresión. Una crónica a favor de la liberación de los exiliados, presos y perseguidos políticos, y en contra de las crónicas victoriosas de los represores. Los carceleros ya tienen en la represión su derrota. Reprimir atenta contra la democracia, la libertad, la convivencia, la solidaridad, la soberanía, la independencia, los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos.

2. CALIDAD HUMANA. Estas consideraciones se ponen de manifiesto de manera transparente en la presencia de los presos políticos en el Parlament. Demuestran su calidad humana, cívica, política y personal. Su generosidad, bondad, sin rencor. No son criminales, ni peligrosos, ni violentos.

3. «CRUCIFÍCALO». El comportamiento digno y sereno de los exiliados y presos políticos catalanes contrasta con la mezquindad y la crispación de los dirigentes de los partidos del 155. No tienen ningún gesto de humanidad y de calidez. Reaccionan con desprecio, insultos, amenazas. «Delincuente!», vomitan. Una griterío que recuerda el episodio evangélico de «Crucifícalo» contra un hombre bueno, justo e inocente llamado Jesús, condenado por una legalidad vigente pero injusta

4. REPRESORES. Enumerar los represores no implica revelar ningún secreto. Sus nombres son públicos y notorios incluso en los media que les apoyan … Las cúpulas del PSOE con Miquel Iceta a la cabeza, de CS con Lorena Roldán, del PP con Alejandro Fernández …

5. «NO JUZGUEIS». Nadie, ni jueces, ni fiscales, ni gobiernos, ni diputados, ni periodistas … nadie escapará del juicio de la propia conciencia y del Dios de Jesús. El papa Francisco lo acaba de recordar en una de las misas diarias en la capilla de la Casa Santa Marta … «Con la misma medida con que juzgamos seremos juzgados». Son palabras que comentan el mensaje de Jesús … «No juzguéis y no seréis juzgados. Porque tal como juzguéis seréis juzgados, y tal como midais seréis medidos». (Mateo 7, 1-2).

Compartir esta entrada