El soberanismo / independentismo democrático y pacífico catalán no mantiene su necesaria unidad para hacer frente a la represión institucional, política, judicial, policial y mediática española.

1. Cada día, desde hace tiempo, hay un episodio de esta falta de unidad táctica y estratégica. Uno de los últimos se ha vivido en el escenario del Parlament de Catalunya protagonizado, entre otros, por Sergi Sabrià (ERC) desde la tribuna de oradores. Sabrià defiende que su partido es aliado del presidente Quim Torra (JxCat). Un aliado falso porque la actual cúpula de ERC, incluido Roger Torrent (presidente del Parlament), se somete a las decisiones de la Juntas Electorales Central y Provincial y del Tribunal Supremo que se apropian del escaño de Torra, escaño que pertenece al pueblo.

2. Esta represión hiere de muerte la soberanía del Parlament; es decir, la democracia. Además es un precedente antidemocrático gravísimo. A partir de ahora todos los cargos elegidos por el pueblo (concejales, diputados, senadores, presidentes) ya no dependen de la voluntad popular expresada en las urnas, sino del juicio de cuatro jueces.

3. ERC paga con su sumisión un precio por su estrategia de configurar un trifachito autonomista en Catalunya en las elecciones catalanas. Un trifachito formado por la ERC de Gabriel Rufián, el PSOE de Miquel Iceta, Unidas Podemos de Ada Colau, alcaldesa gracias al ultraderechista Manuel Valls. El trifachito autonomista cuenta con el apoyo de los diarios españoles de allí y de aquí como La Vanguardia y El Periódico.