Turull en el Vaticano

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Jordi Turull (1966), es un preso político catalán, condenado a 12 años de prisión, encarcelado en el centro penitenciario de Lledoners. Un primo suyo, mosén Josep Maria Turull (1966), ha estado hace pocos días en el Vaticano con una delegación presidida por el cardenal Lluís Martínez Sistach.

1. DELEGACIÓN VATICANA. El motivo de la estancia de la delegación catalana, unas sesenta personas, en la Filmoteca vaticana fue la presentación del documental «Sagrada Familia. La Biblia de Pedra» y de la obra de Antoni Gaudí. Mossèn Turull es rector de la Sagrada Familia, prior de la capilla de Sant Jordi del Palau de la Generalitat, canónigo de la catedral de Barcelona. Fue rector del Seminario Diocesano.

2. CATALANES Y ROMANOS. Las crónicas se limitan a hablar de Gaudí, de la Sagrada Familia, de los 4.5 millones de personas de todo el mundo que cada año visitan la basílica. Pero es lógico y comprensible imaginar que en un encuentro entre cristianos catalanes y romanos en el Vaticano se hable de los valores cristianos en la realidad actual eclesial, mundial, europea, catalana. ¿Que sucede hoy en el pueblo de la Sagrada Familia y de Gaudí? Ocurre que representantes políticos y cívicos, profundamente demócratas y pacíficos, son condenados como malhechores violentos y peligrosos.

3. POR LA LIBERACIÓN DE LOS EXILIADOS Y LOS PRESOS. Los cristianos (laicos, sacerdotes, obispos, cardenales …) tienen el deber ético y por fe de reivindicar que los condenados sean respetados como personas por parte de los poderes institucional, judicial, político, policial, militar, carcelario, mediático españoles. Los presos y los exiliados, creyentes o no, son tanto o más templo de Dios que las basílicas de la Sagrada Familia y de San Pedro del Vaticano. Pablo se dirige a sus colaboradores con estas palabras: «¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros» (1ª Corintios 3, 16-17). Y el mismo Jesús bendice a los que se solidarizan con los presos y los visitan en la cárcel,  y maldice a los que menosprecian a los presos y no los visitan (Mateo 25, 34-44). La mejor bendición y solidaridad con los exiliados y los presos es su liberación.

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