De la «razón de estado» a la Bestia del Apocalipsis

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Jesús crucificado por razón de estado

«De la ‘razón de estado’ en la Bestia del Apocalipsis» es el título de un artículo publicado  en «El Pregó»(número 573), revista eclesial de información y opinión.

1. La razón de estado idolatrada, la razón de la fuerza y ​​no la fuerza de la razón, el poder total y absoluto, la existencia de exiliados, presos y perseguidos políticos … atentan contra la convivencia, la libertad, la democracia, los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos. La cúpula episcopal y la base eclesial de la Iglesia tiene un mensaje evangélico a comunicar si no quiere encerrarse en el silencio cobarde de homilías dominicales alejadas del Evangelio y de la realidad social. Hay una palabra a  decir y una mirada cristiana sobre la situación que se vive  entre España y Catalunya, entre el régimen español y el soberanismo catalán.

Francisco. La razón de estado socava la democracia

2. No debería costar nada que los sacerdotes de las diócesis de Catalunya, así como las de España, se hicieran suyas las palabras del papa Francisco en su mensaje para celebrar la 52 jornada mundial de la paz. Dijo entonces lo que está vigente en todas partes, aquí y ahora: «La justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la ‘razón de Estado’ es uno de los vicios que socava el ideal de una democracia auténtica».

Juan Pablo II. La ley de Dios juzga la razón de estado

3. Juan Pablo II se refirió varias veces a esta cuestión en su pontificado (1978/2005). En la homilía de una celebración litúrgica en Drogheda, Irlanda, (29 de septiembre 1979) dijo: «He afirmado este mensaje en México y Polonia y lo reafirmo aquí en Irlanda. Todo ser humano tiene derechos inalienables que deben ser respetados. Toda comunidad humana -étnica, histórica, cultural o religiosa- tiene derechos que deben ser respetados. La paz es amenazada cada vez que se viola alguno de estos derechos. La ley moral, guardiana de los derechos humanos, protectora de la dignidad humana, no puede ser marginada por ninguna persona o grupo, ni por el mismo estado, por ningún motivo, ni siquiera para la seguridad o los intereses de la ley o de la orden. La ley de Dios es juez por encima de toda razón de estado».

Motivos eclesiales contra la razón de estado

4. Una lectura del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia ofrece motivos para denunciar el pretexto arbitrario de la «razón de estado». Siguen algunos de los puntos significativos de este documento. «Jesús condena toda tentativa de divinizar y absolutizar el poder temporal. Sólo Dios lo puede exigir todo del hombre»  (379)

5. «Cuando el poder humano escapa de los límites del orden querido por Dios, se autodivinitza y reclama la sumisión absoluta. Deviene entonces la Bestia del Apocalipsis, imagen del poder imperial perseguidor… Pero Cristo es el Cordero vencedor de todo poder que se absolutiza, en el transcurso de la historia humana. Ante este poder, san Juan recomienda la resistencia de los mártires. De esta manera los creyentes testimonian que el poder corrupto y satánico es vencido, porque ya no tiene ascendiente sobre ellos» (382).

6. «A todos los pueblos les corresponde, en general, una nación, pero por varias razones no siempre los límites nacionales coinciden con los étnicos. Surge así la cuestión de las minorías, que históricamente ha originado no poco conflictos. El Magisterio afirma que las minorías constituyen grupos con derechos y deberes específicos. En primer lugar, un grupo minoritario tiene derecho a la propia existencia. En la reivindicación legítima de los derechos propios, las minorías pueden ser impulsadas a buscar una mayor autonomía o incluso la independencia. En estas delicadas circunstancias, el diálogo y la negociación son el camino para alcanzar la paz «(387)

Jesús crucificado por razón de estado

7. El mensaje de Jesús de Nazaret choca con el sistema formado por la cúpula religiosa judía y el poder imperial romano. Este choque hace tambalear la situación establecida. Jesús es perseguido, detenido, torturado, juzgado, condenado, crucificado por razón de estado. Así consta en los textos evangélicos.

8. «Los sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y se preguntaban sobre Jesús:» ¿Qué podemos hacer? Este hombre hace muchas señales. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar sagrado y nuestro pueblo ‘. Entonces uno de ellos, Caifás, que ese año era el gran sacerdote, les dijo: ‘Vosotros no sabéis nada. ¿No se os dais cuenta  que le conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que se pierda todo el pueblo?» (Juan 11, 47-50).

9. «Los judíos gritaban  a Pilato que juzgaba a Jesús: ‘Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se hace rey va contra el César‘ (…) Los grandes sacerdotes decían:’ No tenemos más rey que el César’. Entonces les entregó a Jesús para que fuera crucificado» (Juan 19, 12-16)

10. «Pilato hizo escribir un rótulo  y lo hizo colocar en la cruz. Había escrito: Jesús de Nazaret, el rey de los judíos ‘. El rótulo estaba escrito en hebreo, latín y griego. Pero los grandes sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas: ‘El rey de los judíos’. Pon: «Éste dijo: ‘Yo soy el rey de los judios’. Pilato contestó: ‘lo que he escrito ya está escrito'» (Juan 19, 19.21). 

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