Los dirigentes y la ciudadanía de España y Catalunya deberían escuchar la palabra de un hombre bueno y con autoridad ética mundial como el Papa Francisco. La relectura de la «Evangelii gaudium» (El gozo del Evangelio) es muy oportuna y aplicable a este caso.
Siguen algunos puntos de esta magnífica exhortación apostólica.
57. INDEPENDENCIA. «Dios llama al ser humano a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de esclavitud»
60. REPRESIÓN. «Las armas y la represión violenta, más que aportar soluciones, crean nuevos y peores conflictos»
74. PROTESTAS. «La Iglesia está llamada a ser servidora de un difícil diálogo (…) En muchos lugares del mundo, las ciudades son escenarios de protestas masivas en que miles de habitantes reclaman libertad, participación, justicia y varias reivindicaciones que, en su son adecuadamente interpretadas, no podrán silenciarse por la fuerza «
115. PUEBLO. «Cada pueblo, en su devenir histórico, desarrolla su propia cultura con legítima autonomía»
122. PROTAGONISMO. «Cada pueblo es el creador de su cultura y el protagonista de su historia».
178. EVANGELIZACIÓN. «Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana»
190. DERECHOS DEL HOMBRE Y DE LOS PUEBLOS. «La paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en el de los derechos de los pueblos (…) Respetando la independencia y la cultura de cada nación, hay que recordar siempre que el planeta es de toda la humanidad (…) Necesitamos crecer en una solidaridad que debe permitir a todos los pueblos llegar a ser por ellos mismos artífices de su destino, así como que cada hombre está llamado a desarrollarse «.
205. DIÁLOGO. «Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente curar las raíz profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo»
239. LA GENTE. «La Iglesia proclama el Evangelio de la paz y está abierta a la colaboración con todas las autoridades nacionales e internacionales a fin de cuidar este bien universal tan grande (…) El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase, una fracción, un grupo, una élite «.