Multitudinarias manifestaciones pacíficas contra la sentencia
Los cristianos, por coherencia con el Evangelio, deben hacer frente al sistema judicial injusto sea español, coreano, venezolano o de cualquier otro régimen. El texto que sigue, publicado el pasado 15 de mayo, continua siendo válido hoy. La temática es tratada en los textos litúrgicos del domingo, 20 de octubre.
1. JUEZ INJUSTO. Un juez puede ser injusto. Un policía, ladrón. Un bombero, pirómano. Un educador, pederasta. Unos exiliados, presos y perseguidos políticos catalanes, tratados como peligrosos criminales violentos por el régimen monárquico español, son considerados demócratas, pacíficos, inocentes y libres en la Europa democrática.
2. LLARENA Y MARCHENA. Hay que preguntar a los jueces Pablo Llarena y Manuel Marchena … ¿Todos los jueces son justos? ¿Que hacer con los jueces injustos? ¿Es respetable una ley que atente contra los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos?
3. UN JUEZ QUE NO RESPETA DIOS NI LOS HOMBRES. Un juez y una viuda son protagonistas de una parábola de Jesús (Lucas 18, 1-8): «Jesús propuso a los discípulos una parábola para hacerles ver que hay que orar siempre sin desfallecer. En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. También había una viuda que, acudiendo a él, le dijo: Hazme justicia contra el hombre con quien tengo un pleito. Durante muchos días el juez no hacía caso, pero finalmente pensó: Yo no temo a Dios ni respeto a los hombres, pero esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia; si no, irá viniendo aquí hasta que no podré aguantar más».
4. JUEZ INJUSTO SIN ESCRÚPULOS. El Papa Francisco ha comentado esta parábola (25 Mayo 2016) … «El juez es un personaje poderoso, llamado a emitir un juicio sobre la base de la ley de Moisés. La tradición bíblica recomienda que los jueces sean gente temerosa de Dios, dignos de confianza, imparciales e incorruptibles. Por el contrario, este juez no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Era un juez injusto, sin escrúpulos, no tenía en cuenta la Ley, hacía lo que quería, de acuerdo a sus intereses. Pero a él acude una viuda buscando justicia. Viudas, huérfanos, extranjeros eran los grupos más vulnerables de la sociedad. Los derechos que les otorgaba la ley se podían pisar fácilmente porque, estando solos y sin ayuda, era muy difícil que se pudieran hacerse valer. Una viuda pobre, sola… nadie la defendería, podían ignorarla, ni siquiera hacerle justicia. También el huérfano, el extranjero, el inmigrante … en aquella época era muy fuerte este problema. Ante la indiferencia del juez, la viuda recurre a su única arma: continuar molestándole insistentemente, presentándole su solicitud de justicia. Y con esta persistencia llega a la meta. El juez, de hecho, en un momento dado la escucha, no porque le mueva la misericordia o la conciencia; sencillamente, admite: «Esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia, si no, irá viniendo aquí hasta que no podré aguantar más».
5. EXILIADOS Y PRESOS POLÍTICOS VULNERABLES. La parábola de Jesús y el comentario de Francisco hacen pensar en jueces españoles. Hacen pensar en personas vulnerables como los exiliados, presos y perseguidos políticos catalanes. Hacen pensar en las viudas que protestan contra el sistema judicial establecido.