El Gobierno de Mariano Rajoy está en contra del Papa Francisco en la cuestión de la venta de armamento y a favor de continuar este negocio con países como Arabia Saudí.
1. La postura del Papa es ésta: «Es una absurda contradicción hablar de paz, negociar la paz, y a la vez promover o permitir el comercio de armas (…) Pidamos todos juntos por los responsables de las naciones para que se comprometan con decisión a poner fin al comercio de las armas que causan tantas víctimas inocentes».
2. El Gobierno español rechaza la petición humanitaria y cristiana de Francisco y mantiene la postura expresada por el ministro de Economía, Luis de Guindos. Un ministro cínico que justifica los acuerdos comerciales, incluida la venta de armamento, a un país como Arabia Saudí que vulnera sistemáticamente los derechos humanos. Explica con bajo nivel ético: «En este tipo de cuestiones si no lo hace uno lo harán otros. Lo que fundamentalmente hay que hacer es influir desde el punto de vista de lo que es la modificación de los derechos humanos. Muchos ministros han ido a Arabia Saudí porqués es un país muy importante, un gran productor de petróleo. No seremos ingenuos en política comercial. Yo no sé cuáles son las circunstancias específicas de Arabia Saudí respecto a los derechos humanos... Lo sé, sí, más o menos, pero repito que tú tienes que tener unos principios de actuación y después tienes también unos intereses económicos».
3. Las declaraciones de Luis de Guindos, realizadas por televisión en enero de 2017, son vigentes hoy. Las hizo poco después de que el rey Felipe VI visitara Arabia Saudí con el objetivo, entre otros, de impulsar un contrato para que la empresa pública Navantia construyera cinco corbetas de guerra para las Fuerzas Armadas saudíes. España ha vendido a Arabia Saudí armamento por valor de 1245 millones de euros en los últimos tres años. Entre el armamento hay proyectiles iluminantes, munición de artillería, aviones, fragatas. Eso sí, el Gobierno de Su Majestad el Rey dice que está a favor de la paz y contra el terrorismo.