La Vanguardia (17 de agosto) da lecciones de ética en una editorial pero a la vez todavía está con la prostitución en sus páginas.

1. La Vanguardia se presenta como «prensa de calidad» en la editorial «Twitter, Trump, los republicanos y la ética». Este texto concluye con esta tesis: «No hay campos de batalla que garanticen victorias si las ideas que se difunden no tienen una mínima base ética».

2. Hay que analizar qué «mínima base ética» tienen los anuncios que se publican en La Vanguardia bajo el epígrafe «Contactos» (relax, relaciones, masaje erótico). Algunos de sus contenidos: «Jovencitas beso con … chups sí». «Cuatro bellas rusas té chuparemos besaremos». «Espectacular señorita grandes pechos». «Caribeñas jovencitas desde 30 €». «Carla blanquita 24 a dulce cariñosa muy caliente. Sí a todo. Todo placer para tí «.

3. Estos anuncios están al servicio del ejercicio de la prostitución y del proxenetismo, atacan los derechos sobre todo de las mujeres, refuerzan la explotación y la esclavitud sexual. Por estos motivos, incluso El País, que acoge a personajes mezquinos disfrazados de periodista como Lluís Bassets, dejó de publicar estos anuncios de contactos a mediados del pasado julio siguiendo las huellas de otros diarios.

4. ¿Y La Vanguardia? Hay que preguntar a sus responsables si los textos de estos «Contactos» forman parte de la «mínima base ética» que el diario defiende según su editorial. ¿Tienen algo que decir Suso Pérez (Defensor del lector), Lluís Foix y Josep Maria Soria (consejeros de dirección), Màrius Carol (director), Javier Godó (presidente-editor)?

5. Mientras el diario de los Godó continúa con malabarismos. El columnista Sergi Pàmies escribe el artículo «Manipulaciones retóricas» en el que critica a los políticos que usan palabras que tergiversan la realidad que teóricamente pretenden explicar. Pàmies podría referirse al diario en que escribe para aclarar si La Vanguardia tergiversa el lenguaje cuando emplea el epígrafe «Contactos» en lugar del término más claro y catalán de «Prostitución». También podría informar sobre los ingresos que dan estos anuncios y si estos ingresos suponen ejercer la prostitución. «Prostitución. Práctica de avenirse, de forma habitual y profesional, a mantener relaciones sexuales con fines de lucro». Lucro, sí. Sin ética.