El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, hace al diario españolista «El Mundo» unas declaraciones sobre Catalunya basadas en la mentira y el cinismo.
1. La Conferencia Episcopal Española (CEE) votó sin unanimidad el 23 de noviembre de 2002 una declaración afirmando que la unidad de España es un bien moral. Omella comenta al respecto: «No recuerdo bien … fué hace años … Pero la gran mayoría votamos y salió votado. Y eso pasa con todos los documentos. Sin ningún voto negativo, en contra no ha salido nada. Y llevo 21 años de obispo». No es verdad. El cardenal puede consultar las actas de la CEE y libros como «Fet nacional y magisteri social de l’Església». Este polémico documento episcopal contó con ocho votos negativos y cinco abstenciones. Omella tiene el deber pastoral de saber que el concepto de que la unidad de España es un bien moral no es asumido en ninguno de los documentos del episcopado catalán. Al contrario, el soberanismo y el independentismo catalán son considerados legítimos.
2. Sobre el último documento episcopal catalán que trata de la situación en Catalunya, el cardenal dice: «El documento que hicimos en mayo dice que procuremos hacer todos los esfuerzos por no vivir en la confrontación y en potenciar el diálogo». La versión de Omella es parcial. El documento de los obispos catalanes reafirma «la realidad nacional de Cataunya», indica que «defendemos la legitimidad moral de todas las opciones políticas que se basen en el respeto de la dignidad inalienable de las personas y de los pueblos» y manifiesta: «Conviene que sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán, para que sea estimada y valorada su singularidad nacional». Estas ideas constan desde hace muchos años en los documentos episcopales catalanes en plena sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia Católica.
3. El cardenal Omella patina también al hablar sobre la nación. Para él, España es la única nación. Explica: «¿Qué es una nación? Es un concepto que en la Constitución está claro. Es un territorio que ha caminado con una historia común durante muchísimos años». Y a la pregunta de si Catalunya es una nación, Omella echa balones fuera: «Esa es una pregunta muy peligrosa para mí. Es una pregunta más política «. ¡Qué cinismo! Para el arzobispo de Barcelona, afirmar que España es una nación es normal. Afirmar que Catalunya es una nación es peligroso. ¿De quién tiene miedo? ¿de las cloacas del Estado y de Soraya Sáenz de Santamaría?.
4. Omella prefiere lo que dice la Constitución española que lo que dicen los documentos del episcopado catalán y de la Doctrina Social de la Iglesia. El punto 2 de la nota de los obispos catalanes ante las últimas elecciones parlamentarias catalanas deja claro: «Sigue teniendo vigencia lo que afirmamos sobre la identidad nacional de Catalunya en el documento ‘Raíces cristianas de Catalunya’ de 1985, y que recogimos en 2011 en el documento ‘Al servicio de nuestro pueblo’. Por eso manifestamos nuestro amor a la Patria catalana, a la que la Iglesia ha querido servir desde sus inicios, y nuestro respeto por la legítima diversidad de opciones que se someterán a votación». Los obispos catalanes afirman en «Raíces cristianas de Catalunya»: «Damos fe de la realidad nacional de Catalunya, conformada a lo largo de mil años de historia y también reclamamos para ella la aplicación de la doctrina del magisterio eclesial».