La Iglesia tiene por misión transmitir el Evangelio de Jesús. La Iglesia no impone nada, ni el Evangelio. La Iglesia propone el Evangelio, respetando la conciencia de las personas.
1. La Iglesia no es neutral. El mensaje evangélico no es neutral. Entre odiar o perdonar, el Evangelio propone pedir perdón y perdonar. Entre buscar la felicidad en la riqueza o en la austeridad, el Evangelio proclama felices los pobres de espíritu. Entre la risa estúpida o llorar humanamente, el Evangelio proclama felices los que lloran. Entre el orgullo o la humildad, el Evangelio proclama felices los humildes. Entre los saciados o los hambrientos, el Evangelio proclama felices los que tienen hambre y sed de justicia. Entre los indiferentes o los que tienen compasión de los demás, el Evangelio proclama felices a LOS compasivos. Entre los de corazón oscuro o los de corazón limpio, el Evangelio proclama felices los limpios de corazón. Entre los belicistas o los pacificadores, el Evangelio proclama felices a quienes trabajan por la paz. Entre los aposentados cómodamente o los que trabajan por los demás, el Evangelio proclama felices los perseguidos por causa de la justicia.
2. La Iglesia y el Evangelio no son neutrales … tampoco en Catalunya, en la Catalunya que vive el impulso democrático y pacífico de convertirse en un nuevo estado en Europa. La Iglesia no debe imponer ninguna política ni ser partidista. La Iglesia debe respetar la diversidad de conciencias existentes en la comunidad eclesial y en la ciudadanía. Pero la Iglesia no es neutral. La Iglesia (obispos, sacerdotes, religiosos, laicos) debe iluminar la realidad social, cívica, cultural, económica y política a la luz del Evangelio, de sus valores y de su espíritu. A partir también de la Doctrina Social de la Iglesia y de los documentos del episcopado catalán.
3. A partir de toda esta documentación y experiencia, la Iglesia tiene el deber de proponer, en síntesis, unos planteamientos básicos. Catalunya es una nación. Los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos o naciones deben ser respetados y promovidos. Los conflictos en una sociedad democrática es resuelven con diálogo, debate y en las urnas. El número 413 del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia establece: «El referéndum es también un instrumento de participación política, en el que se cumple una forma directa de acceso a las opciones políticas. La institución de la representación no excluye, de hecho, que los ciudadanos puedan ser interpelados directamente de cara a las opciones de mayor relevancia de la vida social «.
(Tradución del artículo publicado en «La lista azul», portavoz del Valle, del pueblo de Gallifa y del Santuario Ecológico)