El jesuita José Ignacio González Faus escribe un artículo en que insulta al cantante Lluís Llach, diputado de Junts pel Si (JxSi) en el Parlament de Catalunya.
1. González Faus escribe: «Lluís Llach, que antiguamente nos enardecía cantando L’estaca, blande ahora su propia estaca contra los que no siguen su forma franquista de hacer política». Calificar de franquista a un demócrata como Llach es un insulto vergonzoso. Franquismo es perseguir demócratas. Franquismo es querellarse contra presidentes y diputados demócratas e inhabilitarlos. Franquismo se afinar fiscales. Franquismo es emplear las cloacas del estado. Franquismo es controlar desde el Ejecutivo un desprestigiado Tribunal Constitucional. Franquismo es acusar de golpistas a los que quieren urnas para votar. Fascismo es calificar de franquista a un demócrata como el autor de L’estaca, canción catalana convertida en universal contra todas las dictaduras.
2. González Faus emplea en el mismo artículo una expresión lamentable. Califica de «brillante subnormal» a quien declaró el fin de la historia.
3. El jesuita y teólogo González Faus no utiliza este lenguaje mezquino en sus libros ni en las homilías que predica en la misa que celebra a las siete de la tarde de los sábados en la capilla del Centre Borja en Sant Cugat del Vallès. González Faus emplea este lenguaje tan lamentable en las páginas de La Vanguardia, diario nacional español que va contra la soberanía de Catalunya.
4. Un hombre bueno, culto, jesuita, destacado teólogo de la liberación y cristiano como José Ignacio González Faus no debe ponerse al nivel de otros columnistas de este diario (Joaquín Luna, Gregorio Morán, José Antonio Zarzalejos, Llàtzer Moix …) que escriben de manera despectiva contra los demócratas que son partidarios de una Catalunya democrática, libre, solidaria y soberana. Los soberanistas son tanto respetables como los partidarios de una región catalana dependiente de un estado español en forma de monarquía borbónica impuesta, esta sí, por el franquismo.