Señor, ayúdanos a todos los cristianos
de las tierras hispánicas,
seamos de donde seamos
y tengamos los sentimientos nacionales que tengamos,
a promover la cultura del diálogo
y defender la legitimidad moral
de todas las opciones políticas
que respeten la dignidad inalienable de las personas y los pueblos.

Os rogamos
que ayudéis a los gobernantes de España
a escuchar las legítimas aspiraciones del pueblo catalán,
para que sea valorada nuestra singularidad nacional
y podamos decidir en libertad y democráticamente
nuestro futuro político para el bien de todos.

Y haced que muchos,
más allá de la propia opción política,
podamos ser instrumentos de paz y de concordia,
incluso cuando constatamos el ataque sistemático
por parte de las instituciones del Estado
a nuestros legítimos representantes.