Señor Resucitado,
Tú que eres la esperanza
de todas las causas
aparentemente perdidas,
sostened y fortaleced
nuestra sufrida convicción
que al final siempre
la Verdad y la Justicia triunfarán,
y no permitáis
que los obstáculos de hoy
nos hagan dudar
de los objetivos nobles y solidarios
que juntos nos hemos propuesto.