Cuando el camino se hace cuesta arriba y alguien empieza a gruñir, haz que no olvidemos, Señor, que las dificultades y las incomprensiones forman parte de cualquier proceso social verdaderamente renovador.
Y ayúdanos a mantenernos fieles a los objetivos y los ideales que creemos buenos para todos.
Que podamos, con justa medida y acierto, responder a los ataques y a los menosprecios con un compromiso aún más firme para la Verdad y el respeto integral de los derechos de todos.
Y así desde nuestro país y con nuestra gente, contribuyamos a la construcción de un mundo más libre, solidario y fraternal.