Mariano Rajoy ha jurado como presidente del Gobierno de España. Juramento vacío si no respeta los derechos humanos, también los soberanistas.
1. Rajoy, después de 300 días de vergonzosa interinidad, ha jurado ante el rey Felipe VI que sustenta una monarquía sobre el juramento de su padre Juan Carlos I que sucedió al dictador Francisco Franco. El entonces príncipe Juan Carlos juró el 22 de noviembre de 1975 con una fórmula franquista, en la legalidad franquista y en las Cortes franquistas. Dijo: «Juro por Dios y sobre los Santos Evangelios cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los Principios que informan el Movimiento Nacional».
2. Rajoy ha jurado sobre la Constitución española. Ha dicho: «Juro cumplir fielmente las obligaciones del cargo como presidente del Gobierno, con lealtad al rey, y guardar y acero guardar la Constitución, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros».
3. Rajoy no recuerda nunca que el preámbulo de la Constitución habla significativamente de «pueblos» de modo que se establece una igualdad que los constitucionalistas no reconocen. «Pueblos de España», «pueblos de la Tierra», «pueblo español». El artículo 2 habla de «nacionalidades». La primera acepción de este término según el diccionario de la Real Academia Española es ésta: «Condición y carácter peculiar de los pueblos y habitantes de una nación».
4. El artículo 10 de la Constitución establece: «Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Tratados y Acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España». Esta Constitución, por tanto, sólo es respetable si respeta la Declaración Universal de los Derechos Humanos, derechos aplicables también al pueblo, nacionalidad o nación que es Catalunya. Algunos artículos de esta Declaración son de fuerte incidencia en el proceso soberanista. «Toda persona tiene derecho, en condiciones de igualado, que su causa sea oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial» (Artículo 10). «Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión» (Artículo 18). «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser inquieta por causa de las opiniones» (Artículo 19). «La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto» (Artículo 21). «Ninguna disposición de esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que un Estado, un grupo o un individuo tengan derecho a entregarse a una actividad o realizar actos tendientes a la supresión de los derechos y de las libertades anuncian «(Artículo 30).
5. Rajoy ha jurado sobre una Biblia. Ojalá lo hubiera hecho sobre el Evangelio de Mateo 5, 33-34, y hubiera hecho caso. Jesús en el Sermón de la Montaña, dijo: «No jures nunca; ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, que es el estrado de sus pies, ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Decid sí, cuando es sí; no cuando es no. Lo que se dice de más viene del Maligno».