La alcaldesa Ada Colau no fue a misa de la Merceè y el arzobispo Juan José Omella no fue a una misa convocada por la Festa Nacional de Catalunya
1. MISA DE LA MERCÈ SIN COLAU. Hay razones históricas y cívicas para considerar que Ada Colau, como alcaldesa, debería haber ido el 24 de septiembre a misa en la basílica de la Virgen de la Merced. Hubiera sido, como mínimo, un gesto de buena educación. Esta misa no es nacional católica ni atenta contra la laicidad de las instituciones democráticas. Las fiestas de la Mercè llevan este nombre y se celebran el 24 de septiembre porque este día es la festividad de la Virgen de la Merced. La figura de María con la advocación de la Mercè está ligada a los Mercedarios, orden fundada en Barcelona y con proyección internacional. Su objetivo es liberador y de apoyo a las personas más marginadas de la sociedad, incluida la Barcelona de Colau, como presos, drogadictos, sin techo, manteros, desahuciados, refugiados. Romper, como hace el ayuntamiento colaumista, la vinculación de la Virgen de la Merced y el mundo mercedario con las fiestas de la Mercè va contra la historia y el civismo. Anticlericalismo trasnochado. Los creyentes, en cambio, asisten a ceremonias laicas, como un funeral, aunque sea laica. Agnósticos y ateos no deberían tener inconveniente en asistir a ceremonias religiosas debido a su carácter religioso. Cuestión de buena educación.
2. MISA DE LA DIADA SIN OMELLA. El gesto criticable de la alcaldesa tuvo un precedente el 11 de septiembre. El arzobispo Omella no fue a la misa que cada año organiza la Lliga de la Mare de Déu de Montserrat en la basílica de Santa María del Mar para orar por los patriotas catalanes muertos desde 1714. ¿Tenía miedo de ser acusado de politización por la caverna? El arzobispado ha dado dos excusas. Que Omella ya tenía otro acto previsto ese día y a esa hora, y que no había sido invitado por los organizadores. No es creíble. Habría que decirle: obispo Omella, el día que usted nos invite a misa le diremos que ya tenemos otra actividad apalabrada.
3. COLAU Y OMELLA DEBEN APRENDER DEL EJEMPLO DE COLOMBIA. La alcaldesa y el arzobispo deberían aprender del pueblo colombiano, de su Gobierno y de los guerrilleros de las FARC que han asistido a una ceremonia religiosa para orar por el país y la reconciliación. La ceremonia ha sido presidida por el cardenal Piero Parolin, secretario de Estado del Vaticano. El acto se ha celebrado en una iglesia que lleva el nombre de San Pere Claver, un jesuita catalán liberador de los nativos negros que fueron esclavizados por los conquistadores españoles.