El Dios de Jordi Carbonell no es el Dios ignorado

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A veces Dios es inexistente o parece escondido. A veces hombres y mujeres ignoran o menosprecian a Dios a pesar de intuir su presencia gracias a la fe de personajes como Jordi Carbonell (1.924-2.016).

1. Vivir y morir como agnóstico es respetable. Vivir y morir como cristiano también es respetable. Agnosticismo y fe son fruto de las circunstancias personales y sociales, de la historia, de la conciencia, de la libertad, de la propia decisión.

2. Ser cristiano, o intentar ser y vivir como cristiano, es una de las claves que explican el sentido de la existencia de algunas o de muchas personas. Es el caso de Jordi Carbonell. Fue creyene en los primeros años de su vida. Fue agnóstico desde su juventud y durante muchos años. Retornó a la fe al morir su muy amada esposa Hortènsia que era laica y agnóstica, y entonces confesó ser profundamente cristiano. Esta historia personal de fe, esperanza y amor es determinante para explicar y entender la vida, el pensamiento y la acción de Carbonell.

3. La pregunta es por qué muchos comentarios sobre la persona y la vida de Jordi Carbonell no hacen la más mínima referencia a su fe en el Dios de Jesús el Cristo. ¿Por qué? Porque amplios sectores de las sociedades catalana y occidental tienden a ignorar a Dios, a prescindir de su hipótesis, a ignorar la fe de las personas creyentes. Pero todas las personas tienen el derecho de proyectar públicamente su agnosticismo o su fe. Siempre respetuosamente, con propuestas formuladas en libertad, sin imposiciones políticas, ni de iglesias, ni de entidades filosóficas o culturales, sin prohibiciones ni manipulaciones. En este caso, el Dios de Jordi Carbonell no es el Dios ignorado por muchos comentaristas.

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