La postura de Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, sobre los medios de comunicación y la autodeterminación no es la del sector más retrógrado del episcopado español pero mantiene silencio sobre la responsabilidad de la Iglesia. Silencio cómplice.
1. Omella admite que ha encontrado una acogida muy positiva y calurosa en la diócesis, en la calle, en las parroquias. En cuanto a la imagen que España tiene de la convivencia y del proceso soberanista en Catalunya, el arzobispo dice: «La percepción que se tiene fuera está muy influida por los medios de comunicación y los políticos. Pero la gente lo vive de otra manera, hay una imagen un poco desdibujada».
2. El arzobispo, sin embargo, no dice que entre los medios que ofrecen una imagen distorsionada de Catalunya figuran 13TV y la Cope, vinculados a la Conferencia Episcopal Española (CEE). La misma web de la CEE da amplia cobertura a la programación de estas cadenas televisiva y radiofónica y a sus estrellas como Isabel Duran, Alfredo Urdaci, Carlos Herrera, Ángel Expósito. Todos ellos personajes que de forma sistemática atacan una opción democrática, pacífica y legítima como el soberanismo. El silencio de Omella en este asunto es injusto, y perjudica la comprensión y la convivencia entre los pueblos.
3. Preguntado sobre cómo el Vaticano vive el proceso catalán, Omella contesta: «El Papa es muy respetuoso con los procesos políticos. Su lema es no interferir. Lo mismo puedo decir de la secretaría de Estado. Sigue todo lo que pasa pero con respeto. Yo adapto la misma actitud. Quiero colaborar en lo que haga falla y si es posible evitar los enfrentamiento «.
4. El hecho de que el Papa, la secretaría de Estado vaticano y el arzobispo de Barcelona respeten el proceso catalán es positivo. Ya es un desmarcarse del unionismo militante del sector episcopal encabezado por los cardenales Antonio Cañizares y Antonio María Rouco. Pero un obispo, también el de Barcelona, tiene el deber eclesial de explicar la Doctrina Social de la Iglesia en estos asuntos. Y esta Doctrina propugna y defiende los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos, por encima de cualquier Constitución.
(Artículo publicado en www.tribunacatalana.cat)