Según el cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, «somos responsables de la España actual».

     Blázquez, que es un hombre moderado, ha dicho sin complejos: «Somos responsables de la España actual y también de la que dejamos a los que vendrán después de nosotros. Es hora de la magnanimidad, no de la mezquindad. Hay que ejercer la generosidad los unos con los otros».

     No queda claro si Blázquez con este «somos responsables de la España actual» se refiere a los obispos, a los católicos o a los ciudadanos en general. Pero es lógico y legítimo que un español, sea obispo o no, se considere responsable de España. Del mismo modo el cardenal español Ricardo Blázquez debe reconocer que es lógico y legítimo que un catalán, sea obispo o no, se considere responsable de Catalunya. Un obispo catalán debería decir también sin complejos: «Somos responsables de la Catalunya actual y también de la que dejamos a los que vendrán después de nosotros. Es hora de la magnanimidad, no de la mezquindad. Hay que ejercer la generosidad los unos con los otros «.

     Un obispo y un católico de España pueden compartir con un obispo y un católico de Catalunya una fe cristiana similar pero pueden discrepar sobre la concepción nacional. Blázquez, como presidente del episcopado español, debería jugar un papel a favor de que los católicos españoles intentaran comprender las razones del soberanismo nacional catalán que, al fin y al cabo, es mayoritario en el Parlament.

     El soberanismo catalán va a favor de los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos, incluido el pueblo catalán. Esto está en perfecta sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia Católica. El soberanismo catalán tiene la convicción de que una relación entre una España soberana y una Catalunya soberanía crearía una convivencia mejor, más libre y más solidaria. El soberanismo catalán no va contra España ni contra nadie.

     (Artículo publicado en www.tribunacatalana.cat)