Arturo San Agustín, sectario vaticanista de «La Vanguardia»

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1. El periodista Arturo San Agustín es un vaticanista de «La Vanguardia» que escribe sectarias «crónicas a pie de calle». Como la titulada «Abades y profetas».

2. San Agustín dibuja un mundo maniqueo. La abadía de Montserrat, Omnium Cultural y Artur Mas son los malos. El monasterio de Poblet, los abades Maur Esteva y José Alegre, el obispo Juan José Omella y Josep Tarradellas son los buenos.

3. Una clave explica este maniqueísmo eclesial y político. San Agustín es firmante de la «Tercera Vía», plataforma minoritaria que comparte planteamientos con Sociedad Civil Catalana. El presidente de SCC, Josep Ramon Bosch, ha sido denunciado por amenazar a los soberanistas catalanes. SCC tiene raíces franquistas como se demuestra en «Desmontant Socieda Civil Catalana». El autor de este implacable libro es Jordi Borràs, periodista experto en asuntos de extrema derecha y que recibe amenazas fascistas.

4. San Agustín no tiene la finezza del lenguaje del Vaticano. Su estilo es fanático e intolerante como el del tabernario Xavier García Albiol. El dirigente del PP se refiere así a Carmen Forcadell, presidenta del Parlamento: «Para chula ella, chulos nosotros». San Agustín lo dice con estas palabras: «La política no era esta opera bufa que actualmente padecemos, protagonizada por este disparate, aparentemente aturdido y satisfecho llamado Carmen Forcadell, que desde su presidencia ha dinamitado el Parlament».

5. Lógico es que San Agustín sea uno de los personajes elogiados por los sectarios de Germinans. Triste honor. Este grupo ultra españolista y ultra católico desprecia sistemáticamente al cardenal Lluís Martínez Sistach y a sus colaboradores.

6. La crónica de San Agustín contiene contradicciones. Elogia el nombramiento de Juan José Omella como arzobispo de Barcelona. Pero no dice que Omella calificó un día a Lucio Ángel Vallejo Balda de ser «un buen embajador» de la diócesis de Calahorra en el Vaticano. El sacerdote elogiado por Omella ha sido detenido en el Vaticano para filtrar documentación de carácter económico.

7. San Agustín mitifica a Josep Tarradellas sin el más mínimo sentido crítico. Como lo hacen PSOE, PP, Ciudadanos. Debería leer lo que Jordi Vila-Abadal, que formó parte de la secretaría de Tarradellas a su regreso a Catalunya, escribe en «El meu Montserrat interior. De l’espiritualitat religiosa a l’espiritualitat laica», libro prologado por Xavier Rubert de Ventós. Escribe sobre Tarradellas: «Poco a poco me fui dando cuenta de que aquella Generalitat, por decirlo con pocas palabras, hacía mucha política de imagen, pero muy poca política real (…) Cuando Tarradellas decía que un político debía tener sentido de estado, se refería a tener sentido de Estado español y no catalán (…) Madrid accedió al regreso del president Tarradellas porque necesitaban alguien que en Catalunya hiciera de dique de contención de la ola izquierdista y autodeterminista».

8. Arturo San Agustín también se equivoca, o engaña, cuando coloca al abad Maur Esteva en el bando de los que van en contra de la Catalunya soberana. Maur Esteva murió el 14 de noviembre de 2014. Dos años antes, el día 1 de noviembre de 2012, pronunció una homilía en Solius, considerada como su manifiesto final. Quien había sido abad de Poblet decía sobre Calalunya: «Creo que defender la propia lengua, la propia cultura y consiguientemente la propia nación y auto afirmarlas, con todos los medios con voluntad de ser un estado soberano, es una causa justa» .

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