Un periodista le ha preguntado a Rajoy: «¿Qué decir a los católicos para que voten al PP?» Contestó: «Yo soy católico pero no le diré a ningún católico que me vote por ser católico». La respuesta es correcta pero hay que hacer una precisión. Muchos católicos no son como Rajoy. Ni por la manera de entender la política ni por la manera de vivir la fe. Hay cristianos en las diversas opciones políticas. La pregunta del periodista puede ser formulada a la inversa. ¿Qué decir a los católicos para que no voten al PP? O también: ¿Qué implica ser cristiano o católico en la actividad política?
Ser cristiano implica, por ejemplo, que el PP de José María Aznar pida perdón, como ha hecho Tony Blair, por haber engañado a la opinión pública para justificar la invasión a Irak, y también acabar con el negocio sucio de la venta de armamento,
Ser cristiano implica poner fin a la corrupción en las estructuras políticas, sociales e institucionales, y no manipular la lucha contra la corrupción de manera sectaria y como instrumento para buscar la destrucción de las legítimas aspiraciones políticas de los conciudadanos.
Ser cristiano, y concretamente católico, implica no presionar a la Santa Sede en el nombramiento de obispos.
Ser cristiano, y concretamente católico, implica asumir la Doctrina Social de la Iglesia que exige respetar los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos o naciones.
Ser cristiano implica aceptar que un católico opte por el soberanismo catalán y que un soberanista catalán sea católico.
Ser cristiano implica que un español, por ejemplo Rajoy que se confiesa católico, respete el soberanismo catalán aunque no comparta esta opción política y que no trate a los soberanistas catalanes como delincuentes o terroristas
Ser cristiano implica respetar, como indican las bienaventuranzas, a los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos y los que trabajan por la justicia, sean soberanistas españoles o soberanistas catalanes.
Ser cristiano implica, como indica el episodio evangélico del juicio final, dar de comer a quien tiene hambre, dar de beber a quien tiene sed, acoger a los forasteros e inmigrantes, visitar a los enfermos y los que están en prisión tanto si los que realizan estas acciones bondadosas son soberanistas españoles como soberanistas catalanes
Conclusión. Los partidos que respeten estas consideraciones merecen la confianza y el voto de la gente que intenta constituir una sociedad más libre, más solidaria y más soberana. Los partidos que no respetan estas consideraciones no merecen el voto de la gente.
(Artículo publicado en www.tribunacatalana.cat)