El sacerdote homosexual Charamsa. ¿Diabólico o profético?

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1. La confesión pública del sacerdote polaco Krzysztof Charamsa de que es homosexual es un acontecimiento que toca el corazón del Evangelio, la Iglesia y la conciencia. Lo ha hecho en Roma acompañado de su pareja, el catalán Albert. El evento es impactante por tratarse de quien se trata y por producirse cuando y donde se ha producido. Charamsa ha sido desde el 2001 hasta ahora miembro de un dicasterio vaticano clave, la Congregación para la Doctrina de la Fe, secretario de la Comisión Teológica Internacional, profesor de la Universidad Gregoriana y de la Pontifica Regina Apostolurm de Roma. Su confesión se produjo en la víspera del comienzo del Sínodo de la Familia.

2. L’actuació de Charamsa ¿es diabólica? ¿es profética? La figura del diablo representa todo lo que quiere aniquilar a Jesús, la comunidad eclesial, la fe de los cristianos, la paz en el mundo. El profeta es aquella persona que denuncia las situaciones injustas e inhumanas y quiere transformarlas en más humanas y según la voluntad de Dios. Charamsa plantea la relación entre la fe cristiana, la moral de la Iglesia católica y la condición humana, específicamente en la dimensión sexual de los seres humanos, y más concretamente de los homosexuales y lesbianas. Hace un planteamiento a partir de su experiencia personal, del conocimiento de la teología y dogmática católicas, y del mundo eclesiástico y vaticano.

3. Hay razones para pensar que Charamsa es profeta, no diablo. Dos aportaciones evangélicas cuestionan la visión oficial católica sobre la familia y sobre la homosexualidad.

4. Un episodio del Evangelio de Lucas (8,19-21) es radicalmente significativo: «La madre y los hermanos de Jesús fueron a encontrarlo, pero había tanta gente que no se le podían acercar. Alguien le hizo saber: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Él les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica». El Evangelio de Marcos (3,35) dice lo mismo: «El que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre». Si asistiera como cardenal al Sínodo, Jesús escandalizaría a los otros cuando explicara su visión sobre lo que realmente es importante de la familia.

5. Sobre la homosexualidad vale la pena transcribir lo que escribe uno de los más grandes teólogos protestantes contemporáneos, el pastor Gerd Theissen, en su libro «La fe cristiana». Comenta un episodio del Evangelio de Lucas (7,2). Dice: «El evangelio de Lucas cuenta el encuentro de Jesús con un centurión de Cafarnaún: Un centurión tenía un criado, que amaba y apreciaba mucho y estaba enfermo a punto de morir. En tiempos de Jesús todo el mundo sabía que quería decir esto: aquel criado era el amante del centurión. Los paganos tenían a menudo relaciones sexuales con los esclavos. Es por ello que el pagano rechaza una visita de Jesús: Yo no soy digno de que entres en mi casa… di sólo una palabra y mi criado quedará sano. El centurión sabe que su amor al criado se tendría por indecente o también la sospecha de que podría tratarse de un amor sexual. Jesús cura aquel criado. Y aún hace elogios de la fe de aquel centurión. No hace ningún tipo de preguntas sobre aquella relación. Si hubiéramos de bendecir en la Iglesia parejas homosexuales, ya tenemos aquí una historia de Jesús para lectura evangélica». El hipotético cardenal Jesús volvería a escandalizar en el Sínodo sobre la Familia.

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