1. El registro policial del 28 de agosto es guerra sucia del aparato estatal español contra el proceso soberanista catalán democrático y pacífico. Guerra sucia sin ética y contra la convivencia.
2. «La salud democrática de una nación depende, en buena medida, de la calidad ética de sus ciudadanos y de sus representantes políticos» («Código ético para políticos». Cátedra Ethos de la Universidad Ramon Llull). El registro, el día elegido para hacerlo y la manera de realizarlo confirman la muy baja calidad ética de la política española.
3. La actuación de la fiscalía y de la guardia civil en el registro es comunicada con nocturnidad horas antes a la prensa amiga del régimen. Fiscales y policías convierten su acción en un espectáculo televisado en la calle con un despliegue innecesario. ¿Quién lo filtra? ¿Por qué se monta este show? La filtración y el show no aportan nada a la búsqueda de la documentación que, dicen, se busca. ¿Es delito preguntar si los fiscales, que son hombres mortales y no ángeles, actúan correctamente o de manera sectaria? ¿Es delito concluir que el objetivo de la fiscalía, la guardia civil y el gobierno español es interferir en la campaña electoral para boicotear el soberanismo catalán? ¿Cuánto ha costado este show? ¿Por qué no se ha destinado esta elevada cantidad de euros a la lucha contra el terrorismo gihadista?
4. Los demócratas catalanes y también los demócratas españoles tienen derecho a plantearse estos interrogantes. ¿Por qué? Porque la división de poderes y la independencia judicial están heridos de muerte en la España constitucional. No tienen credibilidad. Alfonso Guerra certificó hace años con satisfacción que «Montesquieu (el filósofo defensor de la independencia de los tres poderes del Estado) ha muerto». Y el andalucista Pedro Pacheco, alcalde de Jerez, afirmó que «la justicia es un cachondeo en España«. Un tuitero escribe hoy: «Guardias civiles a las órdenes de un ministro (Jorge Fernandez Díaz) que recibe en su despacho un ladrón (Rodrigo Rato) registran la sede de un partido opositor». Escandaloso.
5. La caverna política, económica y mediática española, de allí y de aquí, como la derecha dura de Fomento y el empresario Bonet/Freixenet, hace todo lo que puede para boicotear el proceso soberanista incluso con juego sucio. ¡Qué contraste con la multitudinaria y gozosa fiesta de los candidatos de Junts por Si, celebrada en el Paseo Lluís Companys el mismo día del registro !. «Mas -así fue presentado- es el único presidente de todo el mundo querellado para poner las urnas en la calle». Y Raül Romeva apela a los miles de asistentes: «Nosotros sólo tenemos a la gente. Los otros tienen a favor un estado poderoso. Pero nosotros somos la revuelta de la sonrisa. Queremos ser la mayoría de todos y para todos».