1. La reunión del ministro Jorge Fernández Díaz con su amigo imputado Rodrigo Rato y sus vacías explicaciones acaban de hundirlo como candidato a ser embajador de España en el Vaticano. No tiene ni tendrá el placet de la diplomacia vaticana en la hipótesis de que hubiera un Gobierno del PP en la próxima legislatura. Roma no ve bien la actuación del ministro en Melilla respecto a la inmigración, ni su intento nacionalcatólico de interferir en los nombramientos episcopales, ni su ultracatolicismo tant alejado de la vivencia eclesial que propicia el Papa Francisco.
2. El ultracatólico Fernández Díaz provoca malestar en las bases católicas que se inspiran en el espíritu renovador del Vaticano II y también, en Catalunya, en el gran documento episcopal «Raíces cristianas de Catalunya». El ultracatolicismo lleva a Fernández Díaz a peregrinar al Valle de los Caídos, el monstruoso monumento de la dictadura franquista.
3. Fernández Díaz es acusado, en la calle y en sede parlamentaria, de ser un ministro franquista por su trayectoria, su pensamiento y su actuación. Y no ha tenido la valentía de aclarar si ser calificado de franquista es para él un insulto o un elogio.
4. Jorge Fernández Díaz, en su comparecencia parlamentaria, ha intentado constantemente desviar la atención para no hablar de su reunión con Rato. Una de sus ocurrencias ha consistido en lamentar la ausencia del difunto president Josep Tarradellas en la política catalana actual. ¡Qué poca vergüenza! Rato y Tarradellas no tienen nada que ver entre sí.
5. Otra ocurrencia del ministro ha sido la de hablar de la bandera nacional, refiriéndose a la española, como si Rato y Fernández Díaz hubieran hablado de banderas en su reunión. Quizás el ministro, que ha perdido la credibilidad ante todos, está pensando en prohibir que las estelades de Puerto Rico y Cuba ondeen en Catalunya y en los campos de fútbol. Todo es posible, menos que un político español hable catalán en Catalunya. John Kerry, secretario de estado de Estados Unidos, ha estado ahora en Cuba donde ha hablado en español. El jefe de Fernández Diaz, Mariano Rajoy, viene a Catalunya y no habla en catalán. ¡Qué contraste! ¡Qué desprecio ! Claro que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hacen lo mismo que Rajoy. Todo vale contra el soberanismo catalán democrático y pacífico. Es la España constitucional.