1. El Vaticano apoya las naciones pequeñas que, también en el tiempo actual y globalizado, consiguen su independencia y se convierten en estado. Este es el caso de Bosnia y Herzegovina. El papa Francisco visitará su capital, Sarajevo, el próximo 6 de junio. Será el mismo día en que su compatriota Lionel Messi jugará la final catalano italiana, entre el Barça y la Juve, en Berlín.
2. Bosnia y Herzegovina es un pequeño pueblo, de esos que Mariano Rajoy y otros como él desprecian porque son más pequeños que España. Bosnia y Herzegovina tiene 3,8 millones de habitantes y es independiente desde el año 1992. Sarajevo, con unos 305.000 habitantes, tiene una larga historia de coexistencia religiosa entre musulmanes y cristianos, tanto ortodoxos como católicos. El lema de este viaje papal es «La paz sea con vosotros».
3. Ya Juan Pablo II visitó los días 12 y 13 de abril de 1993 Sarajevo. De hecho el Papa Karol Wojtyla tuvo una significativa línea de actuación de carácter eclesial, cristiano y cívico en política internacional. Viajó a todos los países que acababan de conseguir su soberanía. Lituania, Letonia, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, República Checa, Georgia, Ucrania, Kazajstán, Armenia, Azerbaiàn, Croacia.
4. Podría hacerse un informe sobre el viaje papal a la independencia. Según Juan Pablo II, la grandeza de una nación no se basa en su fuerza militar, ni en su número de habitantes, ni en su extensión geográfica. Estas son sus palabras: «Hay valores que están inscritos en la naturaleza de todo ser humano y que el cristianismo ha personalizado y proclamado con claridad. Sobre estos valores se fundamenta la auténtica grandeza de una nación. Valores como la dignidad humana, la honradez moral e intelectual, la libertad religiosa, la defensa de la familia, la acogida y el respeto por la vida, la solidaridad, la subsidiariedad, la participación, el respeto a las minorías».
5. Toda una lección de realismo, de exigencia ética personal y colectiva, y de respeto a la voluntad y la libertad de los pueblos.