El catalanismo debe mucho a Antoni María Oriol i Tataret, nacido en 1928 en Camagüey, Cuba. Murió a media tarde de la Diada de Sant Jordi de hace un año, 23 de abril de 2014, en Barcelona.
El sacerdote Oriol i Tataret es la máxima autoridad en Catalunya y en el mundo en la Doctrina Social de la Iglesia. Se especializó en la cuestión nacional. Es autor, entre otros, de dos importantes libros sobre esta materia. Uno es «Fet nacional i magisteri social» (Proa 2003) escrito en colaboración con otro experto destacado, el sacerdote Joan Costa. El otro libro es «Nació i magisteri pontifici» (Proa 2007), volumen de 750 páginas que recoge los textos de los Papas defendiendo los derechos de las naciones.
Mosén Oriol defendía que el pensamiento social católico trata ampliamente los derechos de las personas y los derechos de los pueblos y las naciones. Recordaba a menudo unas palabras de Juan Pablo II, pronunciadas en 1997 i que mantienen su vigencia: «La dignidad de la persona y la garantía de los derechos de las naciones son principios morales antes que normas jurídicas». Mosén Oriol exponía su convicción bien documentada que el Vaticano sería el primer Estado en reconocer una hipotética Catalunya convertida en Estado independiente.
La postura conceptual y práctica del Vaticano respecto a las naciones que logran la independencia en las últimas décadas en Europa es incontrovertible. Por eso Juan Pablo II viajó a todos los países que acababan de conseguir su soberanía. Lituania, Letonia, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, República Checa, Georgia, Ucrania, Kazajstán, Armenia, Azerbaiàn, Croacia, Bosnia Herzegovina.
Ahora el Papa Francisco visitará el próximo día 6 de junio este último país, Bosnia Herzegovina. Un pequeño pueblo de 3,6 millones de habitantes que es independiente desde 1992. Así es, aunque no guste a los soberanistas españoles (PP, PSOE, PSC, Podemos, Ciudadanos, ICV, ¿UDC?)
(Artículo publicado en www.tribuna.cat)