«Antes yihadista que rota»

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1. El intento burdo de mezclar soberanismo (el soberanismo catalán, no español por supuesto) con yihadismo es analizado desde dos perspectivas. Una es política, de porno político y juego sucio. La otra es religiosa porque es un asunto sobre la relación entre la sociedad catalana de cultura cristiana y la creciente comunidad musulmana.

2. El intento mezquino de mezclar soberanismo y yihadismo es diabólico. «El diablo es mentiroso y padre de la mentira», según Jesús de Nazaret (Juan 8, 44). La verdad es que el soberanismo catalán es democrático y pacífico. El yihadismo, que no debe confundirse con el islam, es violento. Los autores de la mentira sobre el soberanismo y sus propagandistas generan catalanofobia. Atacan la convivencia. Pretenden torpedear la labor paciente que las instituciones catalanas hacen desde hace años para crear un clima de diálogo, conocimiento y solidaridad entre catalanes y musulmanes, entre fieles cristianos e islamistas, y que en consecuencia el yihadismo quede aislado y reducido.

3. El intento bruto de mezclar soberanismo y yihadismo provoca en la sociedad catalana, incluida la comunidad musulmana, asco y rechazo. El doble objetivo de los que mezclan soberanismo y yihadismo es liquidar el proceso soberanista catalán y mantener la unidad española al precio que sea. Este es su doble objetivo prioritario. La lucha contra el yihadismo es secundario.

4. El juego sucio fortalece el yihadismo porque el yihadisme también practica el juego sucio. El terrorismo se vence en serio con juego limpio, fortaleciendo la democracia y el soberanismo democrático, pacífico, libre y solidario.

5. Hay, sin embargo, un fenómeno en la España decadente. La derecha prefiere «antes una España roja que una España rota». La izquierda prefiere «antes una España azul que una España rota». El ultra (presente en ámbitos políticos, mediáticos y económicos de allí y de aquí) prefiere «antes una España yihadista que una España rota».

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