1. El Consejo Mundial de las Iglesias está informado del proceso soberanista catalán gracias al Centre Ecuménic de Catalunya que preside el capuchino Joan Botam. De ello informa «El Pregó», revista quincenal eclesial de información y opinión.
2. La junta directiva de la entidad catalana ha enviado al Consejo Mundial la documentación pertinente para explicar el soberanismo catalán, democrático y pacífico. Se incorpora documentación como las resoluciones parlamentarias, las adhesiones asociativas y personales, un informe sobre las gestiones dialogantes realizadas desde Catalunya pero que son infructuosas debido a la postura del Gobierno español.
3. El Consejo Mundial de las Iglesias comenzó su andadura en 1948 en Amsterdam. Tiene su sede en Ginebra. Su secretario general es Olav Fykse Tveit, luterano noruego. Esta entidad está integrada por cristianos católicos, ortodoxos, anglicanos, protestantes. Reúne 345 Iglesias y 500 millones de personas de 110 países. Los objetivos del Consejo Mundial de las Iglesias son fortalecer una relación ecuménica entre las diversas confesiones cristianas, promover la justicia y la paz, y defender los derechos de las personas y de los pueblos.
4. El Centre Ecumènic de Catalunya demuestra con esta acción su compromiso eclesial, ecuménico, cívico, de país y universalista. Constituye en la práctica un paso más en la internacionalización del proceso.
5. El capuchino Joan Botam se ha referido en ocasiones al proceso soberanista en términos positivos y responsables. Tiene en cuenta la «Declaración universal de los derechos humanos» (ONU, 1948) y las aportaciones del magisterio pontificio sobre la nación y la soberanía. Afirma: «Los catalanes somos libres para decidir con esperanza e ilusión sobre el futuro del país». También afirma: «El estado español, sin embargo, pretende decidir por nosotros, los catalanes. ¿Legítimamente? ¡No! La ley que invoca, la Constitución, nunca puede situarse por encima de la voluntad soberana del pueblo». Concluye con unas palabras de Salvador Espriu, tan citado allí y aquí, dirigidas a España: “Escolta, Sepharad: els homes no poden ser si no són lliures”. («Oye, Sepharad: los hombres no pueden ser si no son libres».)